Polígono de San Pablo, barrio de barrios

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17 mar 2017 / 23:00 h - Actualizado: 17 mar 2017 / 23:00 h.
"La Azotea"

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Cincuenta años cumple el Polígono de San Pablo y aún conserva en sus calles flamencas con nombres de toreros, el olor a puchero y las voces por las ventanas que evocan aquellas tardes eternas de disfrute, música cotidiana para un barrio que tiene sonido propio, un lugar que no ha perdido su seña de identidad pese a su aumento demográfico.

El barrio de barrios, donde La Calzá, San Bernardo o Triana, entre otros, encontraron refugio tras aquella riada donde los que no tenían nada, lo perdieron todo. Gente buena y trabajadora que ha conseguido reinventar un barrio humilde para abrirlo a la modernidad, sin afectar a su esencia.

Entre sus hijos; cineastas, futbolistas, cantaores, escritores, músicos, actores o políticos. Ahora, cincuenta años después, sus fachadas las visten grafitis entre macetas de geranios, el cantar de los pájaros y las vecinas que charlan sentadas en sus butacas de playa al fresco de las noches de verano, verdaderos protagonistas como antaño.

Por sus calles ahora se detiene el tiempo, arquitectura urbana para unos años irreparables, que diría Rafael Montesinos. La alegría aún sigue discurriendo por entre balcones y ventanas, ya sin avenidas nuevas ni fotos en blanco y negro que recuerdan a aquellos niños que volábamos en bicicletas y jugábamos al elástico, al fútbol o a lo que fuese sobre el albero de sus plazoletas, donde no importaba que la vida pasara.

Allí donde se quedó el corazón y la infancia llena de incontables horas de felicidad de quien firma este artículo, orgullosa hija de este barrio de gente alegre y luchadora. ~