Ponga algo térmico en su vida

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
09 ene 2017 / 23:46 h - Actualizado: 09 ene 2017 / 23:46 h.

Se le coge cariño a las cosas térmicas. Pijamas térmicos, camisetas térmicas, sábanas térmicas, nórdicos térmicos, calcetines térmicos, termo eléctrico y termo de café. Creo que tengo la misma enfermedad de Joaquín el de la Paula, el gran cantaor gitano de Alcalá de Guadaíra, que estaba siempre tiritando de frío, sobre todo desde que vino de la Guerra de Cuba. Este hombre iba con pelliza hasta en agosto, como si Alcalá fuera Aranda del Duero, y solía decir que el calor era la vida y el frío, la muerte. La última prenda térmica que me he comprado ha sido un pijama, en las rebajas, y la madrugada del domingo me tuve que levantar a dar respingos por toda la casa, como si me hubiera entrado la cuca, eso que les pasa a las vacas en verano cuando les pica la mosca. Un dineral en prendas térmicas. El problema viene cuando al llegar la primavera te tienes que separar de ellas, porque acabas enamorándote hasta las trancas, sobre todo de las sábanas. No hay roce más placentero que el de una Coralina, y por si fuera poco, cuando te separas no te deja con el culo al aire.