Porque todo lo que piensas tú...

h - Actualizado: 05 ene 2018 / 22:34 h.

Cantaban Los Chichos: porque todo lo que piensas tú, son ilusiones. Afortunadamente es la ilusión el motor que mueve la vida y va estrechamente ligada a emociones o recuerdos y es a determinadas edades un regalo que desgraciadamente viene cuando quiere, pese a que está al alcance de la mano, en lo más inapreciable o en lo más intrascendente, en la anarquía que da la espontaneidad. Busquemos la ilusión accesible, recuperemos esa mágica explosión de dicha que ahora descansa apilada en los contenedores de basura, tras llenar las casas de muchos de nosotros reflejada en los ojos de nuestros niños; los propios, los ajenos y los que fuimos.

La ilusión está a nuestro lado, sobre nuestras calles, bajo nuestros cielos, balanceándose en una canción oída mil veces, en la fidelidad a unas creencias o a unos colores y sobre todo, en seguir impasibles ante la desilusión. La ilusión es verte reflejada en sus ojos, juega al escondite entre las letras de un buen libro, se pasea con nosotros de la mano bajo el sol o la lluvia y se aferra a un abrazo sincero o a una buena conversación de mostrador lleno de números que nadan agarrados a la tiza.

La ilusión es la base de la felicidad, lejos de falsas vidas donde todo es consumismo y prisas, en unos tiempos donde la precariedad de la existencia exige que para alentarla, tengamos casi por obligación que recurrir al crédito impuesto desde los medios de comunicación o las dichosas redes sociales. La ilusión está en el libre albedrío que otorga la autonomía de seguir pensando como piensas tú. Dejemos pues que Los Chichos sigan alentándonos.