Pregón

Image
08 abr 2017 / 23:23 h - Actualizado: 08 abr 2017 / 23:25 h.

Nace como charla, pronto transmutada en exaltación, encargada a personalidades no siempre provenientes del mundo cofradiero.

El poemario del Padre Cué, que nunca fue designado, y, sobre todo, Rodríguez Buzón, lo llevaron hacia el protagonismo de las Hermandades y sus componentes y a una versificación de tinte popular y calidad varia.

Su éxito originó la proliferación de todo tipo de pregones con el mismo diseño, y su hartazgo a la crítica de ese modelo propiciando nuevas fórmulas básicamente unidas a la música.

Es un acto cuasi académico, desde la lectura en un atril al chaqué de los participantes, el protocolo de la presidencia de autoridades y el imprescindible vaso de agua.

Su contenido es doble: el canto a la ciudad y al discurrir de las cofradías desde el fondo religioso, obligado al ser éstas Iglesia.

Otro elemento básico es el destinatario, en especial el asistente al acto. Todos desean conmoverse mediante el recuerdo. Cada pregonero procura hacerlo de la mejor manera que sabe, siendo consciente de que, al desgranar sus vivencias, se le exige autenticidad, jugándose, sin hacer teatro, la credibilidad ante la ciudad. Solo por eso ya merecen respeto quienes aceptan desnudar su intimidad el domingo de Pasión.

Muy bueno el de este año en todos los aspectos: culto, con guiños, con romances que calaron, sentimental y con notas de humor en versos esdrújulos. Enhorabuena a García Reyes. Y al concejal de Fiestas Mayores que proclamó su fe y mereció algo inusitado: la primera vez que un presentador es interrumpido con un aplauso. ~