Preocupante falta de retorno y eco del toreo

La arriesgada organización de festejos en el tercer circuito del toreo; el estreno de Bailleres y Cutiño al frente de Los Califas y los primeros balbuceos de San Isidro marcaron el hilo informativo de la semana

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11 may 2015 / 23:19 h - Actualizado: 11 may 2015 / 23:23 h.
"Toros","Observatorio taurino"
  • El monarca realizó un gesto de valor incalculable en estos tiempos de tribulaciones. Felipe VI asistió a la primera corrida de San Isidro. Tuvieron el acierto de hacerle acompañar de Eduardo Dávila Miura. / Efe
    El monarca realizó un gesto de valor incalculable en estos tiempos de tribulaciones. Felipe VI asistió a la primera corrida de San Isidro. Tuvieron el acierto de hacerle acompañar de Eduardo Dávila Miura. / Efe

Ya han pasado diez días de uno y otro evento. El primero, en Cortegana, enfrentaba mano a mano a dos jóvenes paladines que se habían retado con aire de toreros machos. El segundo, en Écija, contaba con el concurso de uno de los triunfadores de la Feria de Abril. No hace tantos años, una y otra circunstancia habría bastado para meter en carretera a un buen número de aficionados. Pero ahora no es así. Estas circunstancias se alían –o nacen– del propio sistema cerrado que ahora impera en la fontanería del toreo. En estas circunstancias el relevo es imposible, además de suponer un enorme desánimo para el empresario que se juega su dinero y su prestigio, obligado una y otra vez a dejar la imaginación para días mejores y a sucumbir a esos carteles pret â porter que de puro repetidos empiezan a causar dolor de cabeza.

{El caso es que la semana que se fue concluyó, 138 kilómetros río arriba, con la corrida conmemorativa del 50 aniversario del Coso de los Califas de Córdoba, que también supuso el estreno de la flamante Fusión Internacional por la Tauromaquia como empresa adjudicataria. En poco más de quince días afrontan su primera Feria de la Salud. Será el momento de analizar detenidamente ambos eventos y, sobre todo, la respuesta del público a la oferta de Bailleres y Cutiño. Y hablando precisamente de Córdoba, hay que destacar que la Unión de Toreros –no es aventurado pensar que a inspiración de Morante, que sumará tres tardes en el coso de Los Califas– ha conseguido que la propiedad de la plaza, gestionada por la empresa que le apodera, acometa el rebaje del peralte del ruedo que se pretende ampliar a otros escenarios, empezando por Madrid. Ésa era una de las reivindicaciones que aparecían en la letra pequeña de la rebelión escenificada Guadalquivir abajo que –por ahora– permanece en tierra de nadie. Y ya que hablamos del enojoso asunto se ha oído por ahí que alguno de los sediciosos habría asumido que el resto de su carrera no pasará por Sevilla. Las decisiones personales pertenecen a la libertad del artista, que asume los riesgos y sus consecuencias; pero los chantajes corales, nunca son admisibles. Nos vamos, dando un brevísimo repaso a la larga isidrada, que ya ha enganchado sus primeros vagones: en sólo tres festejos ya han pasado más cosas que en algunas ferias enteras: el juego de un excepcional ejemplar de Fuente Ymbro; el otoño reverdecido de Eugenio de Mora o Morenito de Aranda; la oreja de Álamo, los naturales de nuestro Pepe Moral... Que no decaiga.