Dentro de los productos considerados de alto riesgo están los productos de Forex, las Opciones Binarias y los CFDs (Contratos por Diferencias). Se trata de productos que debido a su complejidad y su alto apalancamiento la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) ha anunciado que quedan fuera del asesoramiento financiero y ha limitado su comercialización, no considerándolos adecuados para el pequeño inversor ya que pueden provocar pérdidas superiores a la inversión inicial.
Según datos de la CNMV, en el ejercicio anterior, el 82 por ciento de los clientes que operaron con CFDs incurrieron en pérdidas. Se trata de productos que gozan de cierto atractivo entre los pequeños inversores debido a que con un capital limitado pueden ofrecer grandes rentabilidades, aunque la posibilidad de perder más del capital inicial aportado es muy elevada.
El Contrato por Diferencia (en inglés Contract for difference, CFD) es un contrato por el que se intercambia la diferencia del precio de un instrumento financiero en el momento de apertura del contrato y el precio en el momento de cierre del mismo. Los CFDs no se negocian en un mercado secundario oficial, sino en la propia plataforma electrónica de la comercializadora.
La CNMV obligará a los intermediarios financieros a que adviertan expresamente a los clientes que la comisión considera que «debido a su complejidad y riesgo, la adquisición de estos productos no es adecuada para clientes minoristas». La publicidad de estos productos tendrá que llevar la nota informativa de la CNMV de que no recomienda la inversión debido a su «complejidad y riesgo».
Las empresas comercializadoras de estos productos estarán obligadas a obtener del cliente una grabación verbal o texto manuscrito que permita constatar que el cliente es consciente de que el producto que va a adquirir es altamente complejo y de que la CNMV considera que no es adecuado para inversores minoristas.