¿Qué nos pasa?

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05 may 2018 / 17:24 h - Actualizado: 05 may 2018 / 17:24 h.

Los tres pilares en que se apoyó la instauración de nuestra democracia estuvieron encarnados por los ciudadanos, los partidos y los políticos. Los ciudadanos con el anhelo de una gran mayoría de entrar en una etapa democrática de libertades, superando traumas anteriores. Los partidos, dispuestos a entenderse ante el temor de “vueltas atrás”, agarrándose con generosidad para evitarlo, a un posibilismo sin líneas rojas en aras del interés general. Y los políticos, mayoritariamente personas capaces, honestas e ilusionadas Y se propició la etapa más duradera de convivencia.

¿Qué fue de esos tres pilares? La ciudadanía está desilusionada, perpleja y entregada al pesimismo y al desinterés, ante la corrupción, las trapacerías, los relatos y las postverdades. Los partidos, abandonando su función educadora y solucionadora de problemas y los instrumentos del manejo de la inteligencia, el posibilismo y el pacto, se encierran en círculos puramente electoralistas separados por infranqueables líneas rojas. Y los políticos, cada vez menos capaces, menos honestos y más preocupados por no perder sus puestos y su estatus económico, abanderando desilusionadores discursos como el “y tú más”, el “no es no” o el “yo digo la verdad, tu mientes”

¿Qué hacer? Hubo una época en España bautizada como “El Regeneracionismo”. Necesitamos líderes que vuelvan a enarbolar esa bandera. ¡Ahí está Macrón! ¡Ah! y contra el prestigio intelectual del pesimismo, fomentar la lectura de “Progreso” de Norberg, “10 razones para mirar al futuro con optimismo”