Qué políticos tan malos

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07 feb 2019 / 10:03 h - Actualizado: 07 feb 2019 / 10:07 h.
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  • Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados. / EFE
    Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados. / EFE

Pedro Sánchez no es santo de mi devoción. Eso lo he dicho cerca de un millón de veces. Pero eso no significa que esté dispuesto a tragarme cualquier cosa con tal de ver cómo sale por la puerta de atrás del Palacio de La Moncloa.

Humillar a un país entero es acabar con el Estado del bienestar, es conceder una cantidad de dinero que se le va a uno de la cabeza a los bancos y cajas que han sido gestionados por sinvergüenzas y hacerlo sabiendo que nunca se recuperarán esas cantidades astronómicas. Eso sí es humillar a un país entero. Dejar a los dependientes y a los que les cuidan sin ayudas o no aplicar la ley de Memoria Histórica sí es humillar a un país entero. Y eso, de momento, no lo ha hecho Pedro Sánchez. Y esto nos lo vendieron en su momento como un movimiento político de gran altura, necesario y envidiable. En realidad fue una enorme traición a los españoles.

Si Pedro Sánchez no es santo de mi devoción no quiero contarles lo que pienso de Torra, Puigdemont y del resto de esa caterva. Pero que estén jugando al monopoly y que quieran aparentar, ante sus votantes, ser grandes estadistas y grandes estrategas me importa muy poco. Si Sánchez quiere hablar con ellos que lo haga. Tampoco es para tanto. Hay que recordar que la Ley no puede saltársela ninguno de estos que dialogan sin parar. Por cierto ¿nadie se acuerda ya de la señora Soraya Sáenz de Santamaría intentando hablar con los independentistas? Pues no hace mucho que pasó. Me molesta mucho más que Sánchez se haya metido en el berenjenal que supone reconocer a un presidente de otro país cuando ni nos va ni nos viene. ¿Imagina alguien que Pablo Casado se declarase presidente del Gobierno español y que Putin le reconociese y que no pasara nada de nada? Pues no, se organizaría la de san Quintín.

No se pueden medir con distinta vara unas cosas y otras cuando son la misma cosa o muy parecidas. No se puede señalar a uno acusándole de felón y a otro acariciarle el lomo después de cometer un atropello de magnitudes similares. Por cierto, el señor Casado debería echar un vistazo a lo que le está cayendo en forma de financiación ilegal, de corrupción y esas cositas. Desviar la atención está muy bien, pero tomarnos por idiotas ya no mola tanto. Y en Vox que no se rasguen las vestiduras; tal vez, arreglando lo de la financiación iraní de su partido tengan bastante.

Así son nuestros políticos, así de malos. Y lo peor es que las masas enfurecidas no se paran a pensar sobre los aspectos de la realidad que se tratan. Y que quede claro que la torpeza de Sánchez me parece inexplicable e impropia de un presidente de Gobierno.

Me encantaría poder decir que esta situación nos llevará, finalmente, a territorios amables y de gran felicidad. Pero no, creo que no debo afirmar algo así.