Si ya tenía pocas ganas de feria este año, después de ver el vídeo –quiero decir el que se había descartado, el de la polémica, el que andaba por internet como Mateo por su casa–, la verdad es que se me han quitado del todo. ¡Ese plato de jamón, válgame el Señor, que parecía de Trevélez! Seco como un pitaco, sin el brillo aceitoso del de Jabugo. Una cosa sí me ha interesado de este vídeo: lo de las soleares bailables, por su conexión con el jaleo jerezano decimonónico. Parece que el guion lo escribió alguno de esos flamencólogos de doctorado que tanto abundan desde hace algún tiempo. Siglo y medio intentando averiguar dónde nacieron las soleares bailables y ahora resulta que las crearon Ángel Pericet y Realito en la Feria de Abril. El vídeo es cutre, vale. Malo de solemnidad, vaya, pero a todo hay que verle el lado positivo: vendrá menos gente y cabremos a más gambas, aunque con el reclamo de la caseta para guiris, lo mismo vienen más foráneos. Es una lástima, porque una de las cosas que mejor funcionan en Andalucía es la promoción turística. Que en esto estamos a la cabeza, creo.