Isoroku Yamamoto fue el Almirante japonés que dirigió el ataque a Pearl Harbor durante la II Guerra Mundial. Muchos afirman que fue el marino más brillante de cuantos participaron en la Gran Guerra, a pesar de que el resultado de aquella incursión fue eclipsado en parte al no haber sido destruidos los portaaviones, principal objetivo de la misión. Japón dio un golpe militar de enorme gravedad para los intereses estadounidenses, pero al mismo tiempo, desencadenó la entrada de los Estados Unidos en la Guerra, lo que acabó terminando 4 años después en la peor derrota sufrida por el país del sol naciente en toda su historia y la devastación nuclear sobre Hiroshima y Nagasaki. Algo debió intuir Yamamoto porque cuentan las crónicas que, al finalizar la batalla, dijo a su Estado Mayor, «Me temo que hemos despertado a un gigante dormido».
Es evidente que el PSOE vive su peor momento desde la llegada de la democracia y que la amenaza del sorpasso pende sobre él. Sin embargo, se trata de un partido con casi 140 años de historia, que ha sobrevivido a dos dictaduras, una guerra civil, a varios periodos de clandestinidad, las más virulentas divisiones internas –algunas resueltas a punta de pistola– y que ha gobernado, en democracia, mucho más que ningún otro partido en nuestro país, llegando a obtener más de 11 millones de votos (2008) y 202 diputados (1982). Se han desatado contra el PSOE los ataques más virulentos desde la derecha pero, sobre todo, desde el entorno de Podemos. Han utilizado medios oficiales y extraoficiales y, tras parecer durante semanas noqueado, parece que el PSOE empieza débilmente a reaccionar. Sólo nos queda ya por ver si estamos asistiendo al Crepúsculo de los dioses o se ha despertado el gigante dormido.