Recuperar la Memoria para Sevilla

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12 ene 2018 / 21:29 h - Actualizado: 12 ene 2018 / 19:31 h.

Desentrañar Sevilla más allá de su NO&DO es una deuda a saldar. Esta ciudad milenaria cuyo origen tartesio esculpe su historia, necesita conocer su pasado y reconocerlo en su presente. Por ello la responsabilidad de dar visibilidad a un icono tangible como es la Comisaria de la Gavidia, testimonio de una época dramática, como fue la Dictadura aquí y entonces.

Para ello no hay manera más sanadora con quienes fuimos torturados por defender la libertad, que tener Gavidias para explicar con el verbo con la carne y el hueso, enseñar y rendir tributo a los portadores de la democracia, hoy algo debilitada, pero el saber ayudará a preservar tesoros como la ausencia de mordaza, y no vivir solo oyendo, viendo, y callando.

De la época musulmana data la construcción de la Giralda, la Torre del Oro, y el Alcázar, edificios emblemáticos que trascienden lo material, pero la Sevilla de la modernidad tiene lagunas que necesitan cualificarse, humanizarse y dar contenido social, a ese su patrimonio local reciente, además de la Expo, el AVE, las Setas, la Torre Pelli y apuestas acumuladas.

A instancias de CCOO, la Junta de Andalucía otorgó la catalogación de Lugar de Memoria Democrática a la antigua Comisaria de policía de la Gavidia. Ahora ya no hay atajos para excusas, más allá de las monetarias, el edificio costó diez millones de euros en 2006, cantidad que se ha sufragado con cargo a la ciudadanía sevillana, lo que debe traducirse en un uso acorde con el interés general, y eso supone un uso social de ese espacio, literalmente tapado más de una década

Que en Sevilla haya un personaje como Queipo enterrado en una iglesia, vestigios de estatuas dedicadas, calles... aunque ya rectificándose, es un síntoma de recuperación tardía. En países como Italia el fascismo desapareció en 1944, en Alemania y Japón en 1945, y en España el general Franco duró hasta la época que lo hizo. Siendo este país la segunda mayor fosa común del mundo, gracias entre otras negligencias, al uso de la educación como herramienta de la desmemoria.

Recuperar el edificio de la Gavidia, ayudaría además a no acentuar que el centro sea un monocultivo turístico, e iniciar la reconquista del casco histórico de Sevilla para los sevillanos, y no solo para la universalidad. El recuerdo y el no olvido forman parte inseparable de la memoria, esa que construye lo mejor de los pueblos para vivir en paz. Sevilla debe ser una ciudad amiga de la Memoria Histórica, para no llorar el verso de Luis Cernuda: Allá, allá lejos, donde habite el olvido.