Reestructuración... numérica

la opinión de...

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18 feb 2016 / 23:17 h - Actualizado: 18 feb 2016 / 23:17 h.
"Cuaresma"

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La reestructuración de la Madrugá ha sido lo más parecido a un sainete que, desde hace ya tiempo, los cofrades sevillanos nos hemos visto obligados a contemplar. Han sido muchos los proyectos presentados por propios y ajenos para solucionar este rompecabezas con resultados prácticamente nulos, cuando no ha sido menester recular casi en cuestión de horas porque la solución propuesta tenía serios visos de provocar un considerable problema de orden público. Las hermandades son muy reacias a los cambios, sobre todo, si las alteraciones suponen un menoscabo de todo aquello que consideran derechos adquiridos, bien porque puedan mermar, de alguna forma, sus cortejos, o bien provocar cierta reducción en la masa de fieles que acudan a presenciar su discurrir por un determinado sitio a una determinada hora. Ya ha quedado manifiestamente demostrado que estas señeras hermandades no están por la labor de cambiar ni los recorridos, ni los horarios ni el lugar que ocupan en el día. Una vez expuesta esta premisa, solo caben dos posibles soluciones, tal como yo lo veo: Primera, mucho más arriesgada para quien debe formularla y tiene el poder de hacerlo, «pegar el baculazo» e imponer al individualismo imperante, el establecimiento por decreto de cuándo, cómo y por dónde llegará y saldrá cada Hermandad de la Carrera Oficial. Segunda, obligar a todas las hermandades a asumir la responsabilidad de solucionar este problema, autoimponiendo limitaciones a sus respectivos cortejos procesionales, es decir, restringiendo el número de participantes en la Estación de Penitencia, y ¡ojo!, adviértase que no hablo del número de nazarenos, sino de participantes (todos sabemos que hay acompañamientos musicales que abultan más que dos tramos completos de penitentes de Los Estudiantes). La ventaja de la segunda solución es que tendría carácter temporal, ya que duraría hasta que se haga evidente lo que el Instituto Nacional de Estadística advierte desde hace tiempo: que la población autóctona está menguando a pasos acelerados. ~