Todavía no se sabe quién conformará el gobierno en Andalucía. Parece ser que hay una tendencia a un cambio por el principio de acuerdo entre el Partido Popular y Ciudadanos. Quiero invitar a quienes tengan la responsabilidad de gobernar a que reflexionen sobre la misión que deberán de realizar, una misión que, ante todo, es servicio.
Se trata de un servicio que debe de buscar el bien común porque la búsqueda posibilitará el verdadero cambio. Quien gobierne tiene grandes retos y éstos deben de mirar siempre a solucionar los problemas y necesidades que la población demanda. Los cambios se deben en la mayoría de los casos a la responsabilidad que tienen los ciudadanos de elegir libremente a quienes deben de representarlos y nunca sustituirlos. Esta es la enfermedad de los políticos, sentirse dueños y señores de las personas a las que deben de servir ¡grave error! Todo termina pasando factura, es lo que le ha pasado el Partido Socialista en Andalucía, añadiendo, además, la falta de responsabilidad en el gobierno de la nación, en donde está primando más el marketing que el servicio al Estado. El sentido común de los electores está por encima de los egos de muchos políticos.
Sigo con interés y pasión lo que está ocurriendo en Andalucía dado el enorme respeto que tengo a la actual Presidenta en funciones. Siempre he creído que ella era pieza clave y esencial en el devenir del Partido Socialista, confío en que siga siendo de esta manera y espero que un día brille en el mismo como se merece, cometería un grave error la actual dirección nacional si prescindiera de ella. Esta visión no es nueva en mí, ahí están los artículos que hace una par de años escribía respecto a su persona como Presidenta de la Junta de Andalucía. Me da pena que no hubiera escuchado o meditado sobre las reflexiones que le intentaba trasladar a través de mis artículos. Una vez pasada la noche electoral, y los tres o cuatro días inmediatos a ésta, percibo a día de hoy que se va a proceder a un cambio de color en quienes ejercerán el noble oficio de servir, no se olviden de que llegan para prestar un servicio a todos los ciudadanos de la Comunidad Autónoma de Andalucía. Un servicio que debe de fomentar los derechos y las libertades.
Quisiera sugerirles que la educación, la sanidad y los servicios sociales, que son servicios a los ciudadanos,deberían de ser realizados de manera conjunta entre Administraciones Públicas y actores privados,en donde las organizaciones sociales del Tercer Sector y de la Iglesia Católica tienen una gran capacidad de gestión y de respuesta, sin desmerecer al tejido empresarial que también debe de jugar un rol en este tema. Es necesario realizar una planificación conjunta y crear el marco legal pertinente para que la experiencia de años de estas instituciones no quede mermada por los caprichos ideológicos de quienes gobiernan. No puede ser admisible que los representantes políticos, que están para servir optimizando los recursos, primen que la gestión de estos servicios sea realizada, casi exclusivamente, por las Administraciones Públicas. Esto no tiene sentido en sociedades democráticas, y además terminará trayendo graves consecuencias.
Una democracia lo que siempre debe de fomentar es la capacidad de respuesta de la propia sociedad que la configura. Responder e innovar conlleva contar con los actores sociales que la forman.
La responsabilidad de los inquilinos del nuevo gobierno en Andalucía, todo indica que habrá cambio, es sentarse con los actores privados que pueden ser aliados perfectos para lograr una mayor optimización de los recursos realizando un servicio de calidad. La educación, la sanidad y los servicios sociales deben de ser tutelados por los responsables políticos; pero la gestión no es competencia exclusiva de ellos. La escuela concertada no pude ser menospreciada y orillada, realiza un servicio público. Un servicio que permite ejercer el derecho a elegir de los padres. Los Servicios Sociales puedan ser perfectamente gestionados por entidades sociales de carácter privado. La sanidad puede contar con la parte complementaria de los operadores privados del sector. Aquí les he presentado a los nuevos responsables políticos tres retos a los que responder.
Para alcanzar un trabajo conjunto es preciso tener creatividad y voluntad de servir, además de ser audaces. Hoy , es necesario idear un sistema de gestión de servicios que ayude a mantener el Estado de Bienestar que pretenden tener las sociedades democráticas, y para mantener este objetivo es preciso contar con la iniciativa privada. Les animo a crear una mesa de trabajo conjunta.
Una mesa que debería de tener como punto de referencia el siguiente texto del compendio de la doctrina social de la Iglesia “La persona humana no puede y no debe ser instrumentalizada por las estructuras sociales, económicas y políticas, porque todo hombre posee la libertad de orientarse hacia su fin último. Por otra parte, toda realización cultural, social, económica y política, en la que se actúa históricamente la sociabilidad de la persona y su actividad transformadora del universo, debe considerarse siempre en su aspecto de realidad relativa y provisional, porque la apariencia de este mundo pasa .
Hay que tener la suficiente humildad para reconocer que somos servidores y que nuestro objetivo es, ante todo, contar con todas las fuerzas que puedan ayudar a mejorar la atención a los ciudadanos. Alcanzar el Bien Común debe lograrse trazando un camino que posibilite el entendimiento y el respeto entre las personas. No estaría mal que la dinámica de trabajo del nuevo Gobierno de Andalucía estuviera basada en este espíritu.
Por último, les dejo a los nuevos responsables políticos un párrafo para que mediten, sacado del documento antes citado. “La sociabilidad humana no es uniforme, sino que reviste múltiples expresiones. El bien común depende, en efecto, de un sano pluralismo social. Las diversas sociedades están llamadas a constituir un tejido unitario y armónico, en cuyo seno sea posible a cada una conservar y desarrollar su propia fisonomía y autonomía. Algunas sociedades, como la familia, la comunidad civil y la comunidad religiosa, corresponden más inmediatamente a la íntima naturaleza del hombre, otras proceden más bien de la libre voluntad: Con el fin de favorecer la participación del mayor número de personas en la vida social, es preciso impulsar, alentar la creación de asociaciones e instituciones de libre iniciativa ‘para fines económicos, sociales, culturales, recreativos, deportivos, profesionales y políticos, tanto dentro de cada una de las Naciones como en el plano mundial’. Esta ‘socialización’ expresa igualmente la tendencia natural que impulsa a los seres humanos a asociarse con el fin de alcanzar objetivos que exceden las capacidades individuales. Desarrolla las cualidades de la persona, en particular, su sentido de iniciativa y de responsabilidad. Ayuda a garantizar sus derechos”.
Asimismo le rogaría al Partido Popular de Andalucía que tuviera muy en cuenta el artículo que escribí hace unas semanas en este mismo medio (Consejos para el nuevo líder del PP):
La próxima semana reflexionaré sobre el rol de Albert Rivera ante los retos de gobierno que va a tener que ir asumiendo; el de Andalucía es la primera prueba.
David López Royo
Director de Responsabilidad Social Corporativa
Chávarri Abogados
Delegado Episcopal de Fundaciones
Archidiócesis de Madrid