Ahora que comenzamos a asarnos vivos y aún no ha llegado el verano, me pregunto cómo combatíamos el calor en mi casa de Palomares del Río, con el techo de uralita y sin aire acondicionado. Ni siquiera con un ventilador, porque el presupuesto no daba para esos lujos. Creo que es porque no hablábamos para nada del calor y nunca sabíamos los grados que hacía en la calle o en medio de los olivos. Hoy no se habla de otra cosa y, claro, se hace menos llevadero. No teníamos piscina en casa y solo una o dos veces en todo el verano podíamos comprar un helado. Sin frigorífico, solo bebíamos el agua fresquita del pozo. Cuando hacía demasiado calor me solía meter en las alcantarillas de la carretera de Almensilla o cavaba un agujero en la tierra y lo tapaba con ramas de olivo. Cualquier cosa menos quejarme, porque no servía de nada. Le veo más sentido que hablen del calor en Ávila, porque tienen frío todo el año, que en Sevilla. Y aquí es el tema diario y a todas horas, desde por la mañana hasta por la noche. Pues sí, creo que este verano va a hacer mucho calor. Curioso, ¿no?