Rosario: El Dulce Nombre de volver

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20 feb 2016 / 20:55 h - Actualizado: 20 feb 2016 / 20:55 h.
"Cuaresma"

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Cuando uno regresa, dejando atrás los titubeos de quien no sabe lo que encontrará tras abrir la puerta; cuando alguien regresa a nuestras vidas, sin haberse ido o quizás después de haberse perdido mucho tiempo. En ambas situaciones la experiencia sensitiva se concentra en el sabor. Esa boca seca (por los nervios de la duda) lo primero que capta es el dulzor de los retornos.

Volver es siempre dulce, como la vuelta de El Almendro, del algodón rosa de la feria, del bizcocho en las noches del camino. Hay retornos que sorprenden con amarguras, sobre todo los de los realities de la tele, pero estos días, la ciudad nos sorprende devolviéndonos, como en saludo, dos besos con sabor de almíbar y azúcar.

Ha regresado Dulce Nombre, y está bellísima. Ayer por la mañana salí a San Lorenzo a verla. Desde la puerta se te venía a los ojos la belleza de esa piel morena sin estridencias ni antifaz. Cuando la vi, lo celebré profundamente. La suciedad (dije otra palabra de seis letras, pero aquí no pega) no se quiere para nada. Allí, en San Lorenzo, ahora toca intervenir sobre el palio y el manto, que clama a voces una restauración.

Hoy regresa a mi barrio la Señora de Monte-Sión, la que es ahora, por circunstancias felices, la primera que veo al salir de casa, ora en el azulejo, ora en su presencia real y verdadera, esa que al fin podremos palpar, después de tan larga ausencia. En los ojos de Paleteiro rebrilla una felicidad de niño chico. Cuando escribo no la he visto todavía. Pero, como Santo Tomás, donde fallan los sentidos, asiente el entendimiento.

Llegáis cuando más lo necesitamos. En medio de una Cuaresma, adolecida de falta de autenticidad, pero que pasa por ser una más de todas. Tú llegas, Dulce Nombre, a tiempo para el quinario del Cum me caedis? (¿Por qué me pegas?) Tú vuelves, Rosario, cuando falta poquísimo para que ese palio te encumbre «como Reina de lo etéreo y la blancura» (primer verso de un soneto que te escribiré). Sabe dulce el nombre, Rosario, de vuestro regreso. ~