SA-BO-RE-AR: la SAbiduría de la BOndad y el REto de creAR

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28 abr 2018 / 20:57 h - Actualizado: 28 abr 2018 / 20:57 h.

¡Me encanta el zumo de tomate! su sabor refrescante, ese toque saladito y a la par afrutado, ¡hacen que tus papilas lo hayan disfrutado! Aquello que te gusta, no sólo te nutre el cuerpo sino la mente y mientras saboreo mi delicioso zumo de tomate, me da por pensar en la alucinante conexión que existe entre la sabiduría de los sentidos y la creatividad.

«Apreciar detenidamente y con deleite una cosa grata», así se define «saborear» y en eso justamente consiste la vida: en tomarse el tiempo necesario para disfrutar con las pequeñas alegrías que se nos presentan cada día. ¿Qué le decimos a los niños cuando los vemos comiendo rápido porque tienen prisa? ¡Detente, mastica, saborea! Cuando engullimos un alimento apenas sin disfrutarlo, tenemos mala digestión con el consecuente dolor de barriga... ¡exactamente igual sucede con nuestra existencia! cuando, por impaciencia, no nos damos tiempo de SA-BO-RE-AR, nos empezamos a dañar con una mala digestión emocional, y ¿qué se saborea? se saborean momentos, se saborea el tiempo, se saborea la alegría de estar vivo, se saborean los ratos que se comparten con los amigos, se saborea una interesante lectura, se saborea un buen vino, se saborea el logro de objetivos, se saborean los momentos de paz, se saborea la superación personal... Doy otro sorbito a mi zumo y caigo en la cuenta del significado vital de SA-BO-RE-AR: la SAbiduría de la BOndad y el REto de creAR. Vayamos por partes...

La SAbiduría de la BOndad

La gente suele equiparar la bondad a la ingenuidad, ¡como si la maldad fuese prueba de inteligencia! (cuando, en realidad, lo es de locura y estupidez). La bondad no sólo es inteligente («intus legere», es decir, que sabe leer entre líneas) sino que crea su propia sabiduría, y ¿cómo lo hace? La sabiduría supone el grado más alto de conocimiento y para llegar a esa cima hace falta establecer unos sólidos cimientos a base de valores, desarrollo de capacidades y nobles objetivos; la bondad aporta valor a base de su espíritu de servicio, de su entrega, de su compromiso, de hacer las cosas bien porque el premio es sentirse a gusto con uno mismo y poder abrazar bien a tu conciencia por la noche sin hacerle un rosario de reproches... En esto consiste la primera parte de SA-BO-RE-AR, la SAbiduría de la BOndad se centrar en aportar valor (a base de honor y de sacar lo mejor de uno): éste es el equipo del escalador profesional para alcanzar todos los Everest de tu vida (personales, profesionales, humanos).

La bondad es sabia, esto es algo que se sabe desde la noche de los tiempos, tal y como afirmaba Aristóteles: «Solamente haciendo el bien se puede ser realmente feliz», ¡cuánta razón tenía el ilustre filósofo griego! pues la vida se consigue SA-BO-RE-AR cuando sientes que puedes aportar y ayudar ¡la bondad es la fuente de la que bebe tu valía personal! (amén de tu felicidad). Hacer las cosas mal es lo fácil, eso puede hacerlo cualquiera y si te aficionas a ello, en el club de los mediocres pondrás tu sello (pues el que lo hace mal, denota una pobre capacidad); sin embargo, hacer las cosas bien cuesta, no es sencillo, pero cuando lo haces , sientes en tus ojos ese brillo propio de los chiquillos (así como una plenitud, bienestar y gratitud interior que refrescan tu propio valor y te impulsan a ser mejor), ya lo decía Alejandro Dumas: «El bien es lento porque va cuesta arriba. El mal es rápido porque va cuesta abajo» (y el que va cuesta arriba, además de hacer más músculo, se supera y cautiva).

El REto de creAR

Si la SAbiduría de la BOndad era el cimiento del conocimiento (y del humano crecimiento) que nos permitían conquistar todos nuestros Everest (personales, profesionales, emocionales), el REto de creAR es lo que hacemos para mantenernos en la cima y llegar a conquistar la siguiente. Para SA-BO-RE-AR desde un zumo hasta un concierto ¡a innovar, hay que estar abierto! La creatividad, por tanto, es siempre un acierto que te saca del desierto de la monotonía, te lleva lejos del rebaño y hace que te mantengas a distancia de los engaños de la estandarización. Ser creativo es la manifestación más potente del ser diferente, de ser TÚ (Talento Único), esto supone un reto porque la creatividad es un cóctel de diversión, inteligencia, visión y humor, hay mucha gente que lo demanda, pero pocos «maestros cocteleros» saben prepararlo.

Comentaba el famoso creativo norteamericano, Leo Burnett: «La curiosidad sobre la vida en todos sus aspectos, continúa siendo el secreto de las personas más creativas», un mensaje sencillo y profundo al tiempo, la curiosidad es la entrenadora de la creatividad ¡interésate, cuestiónate las cosas, presta atención, pregunta! así es como la SAbiduría de la BOndad y el REto de creAR se juntan.

¡Qué rico! ya terminé mi zumo de tomate, revísate para descubrir qué es lo que te late y ya sabes a SA-BO-RE-AR.