Santoral sevillano

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21 mar 2017 / 22:30 h - Actualizado: 21 mar 2017 / 23:10 h.
"Fin de pista"

La descabellada idea de meter la mano –o la pezuña- en la innecesaria revisión de las armas de Sevilla invita a echar mano del santoral hispalense. Ya saben que en el escudo de esta noble, leal, heroica, invicta y mariana ciudad de Sevilla figuran las imágenes de San Fernando, San Isidoro y San Leandro junto a la enigmática madeja y el inconfundible No-Do que resume los blasones de la ciudad en la moderna bandera que esquematizó su estandarte histórico.

Hablar de la trascendencia histórica de esas tres figuras merecería unas cuantas páginas. Los impulsores de la propuesta han olvidado que esta tierra, que también es la de María Santísima, es el solar de otros santos de virtudes heroicas. Algunos se nos quedará en el tintero pero podrían apuntar –es un poner- los nombres de aquella madre Angelita a la que todo un ayuntamiento republicano dedicó una calle –la antigua Alcázares- que andando el tiempo mudó el sor por santa. Sin salir de la casa madre de las hermanas de la Cruz podríamos detenernos en la figura de la Madre María de la Purísima. Los rescoldos de su canonización todavía calientan.

Pero no se vayan todavía, que aún hay más: ¿Saben que Santa Justa es algo más que el nombre de una estación? ¿Les suena el nombre de San Juan de Ribera? ¿Saben quién fue San Hermenegildo? ¿Recuerdan lo que hizo por los pobres de esta ciudad un tal Marcelo Spínola? No contento con esa labor de auténtico pastor le dio tiempo a fundar un periódico de ideario cristiano. Es el mismo que, más de un siglo después, tienen entre las manos.