Mientras más avanza el juicio del Caso Gürtel (por hechos ocurridos en una lejana galaxia, según Cospedal), más claras aparecen las implicaciones de la dirección nacional de un partido, el PP, situada en la calle Génova de Madrid. Si ya estaba clarísimo que la destrucción de sus ordenadores se debía a que allí había pruebas del cobro de comisiones y financiación ilegal (presentes también en los números de la contabilidad de Bárcenas) ahora las declaraciones de Francisco Correa y otros lo corroboran. El artículo de Antonio Yélamo del domingo pasado en estas páginas dejaba claras las diferencias entre este asunto y el de los ERE y, en particular, resaltaba una: la trama Gürtel estuvo en completa oscuridad hasta que salió a la luz mientras los ERE fueron discutidos año tras año en el Parlamento andaluz. A pesar de ello, cada día, TVE y otros medios afines a la derecha, inevitablemente y como si fueran hermanos gemelos, los colocan juntos en sus noticias.
Hay otra cosa en la que no se parecen: mientras en los ERE no se ha encontrado ningún hilo que una a Chaves y Griñan con la trama, ambos van a ser procesados y, en cambio, aunque sea una maroma la que ata a Rajoy con Gürtel, nadie ha tenido la misma ocurrencia que la juez Alaya para implicarlo. Y digo yo: si esa intuición valía para indicar un indicio de delito, ¿por qué –con muchas más conexiones– no vale también para Rajoy? Y si no, ¿por qué no se archiva la causa contra los presidentes andaluces? Tal vez porque España esté desquiciada y lo que esté en una lejana galaxia sea la lógica.