Pareja de escoltas

Señales

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06 abr 2019 / 10:24 h - Actualizado: 06 abr 2019 / 10:28 h.
"Pareja de escoltas"
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Los pasos ya son una certeza en el secreto de los templos. Se percibe esa alegría conocida, un trajín distinto en las calles mientras se apuran los preparativos; se culminan las últimas compras o se saca la papeleta de sitio con esa insignia que –al fin- nos concedieron mientras vuelve a sorprender la certeza del calendario. Esto ya está aquí y nos vuelve a pillar con lo puesto devolviéndonos el retrato de lo que un día fuimos.

La tramoya del pregón, los dimes y diretes del Martes Santo, los alambres del Cecop o las cuitas del Santo Ángel darán paso a la definitiva carrera hacia una fiesta que hay que vivir pendiente de los ojos ilusionados de los más chicos. El estreno del primer antifaz; ese hueco que se abre en la cuadrilla de acólitos; las estampitas preparadas; la enésima prueba de la túnica o la entrada furtiva –entre misa y misa- para descubrir los palios alzados en las iglesias del centro... forman parte de ese retablo de sensaciones que vuelven a ponernos al pie de las imágenes. Ellas, todo lo que representan, son el definitivo rompeolas de estos días que disparan la memoria y abren una ventana a una amortiguada melancolía.

Querríamos parar el tiempo para volver a vivir lo que un día sentimos sin saber casi nada. Sólo sabemos que la Semana Santa es un territorio de felicidad y una espita abierta hacia el recuerdo que nos disponemos a vivir con la ilusión intacta. Queda sólo una semana para que el parque se llene de nazarenos blancos y la rampa del Salvador, definitivamente, dispare la fiesta. Traten de olvidar los problemas y disfruten de esos siete días que, si sabemos vivirlos con alma de niño, volverán a ser un pasaporte para la plenitud.