Los medios y los días

Sevilla limpita, ¿eh?

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12 mar 2019 / 08:14 h - Actualizado: 12 mar 2019 / 08:17 h.
"Los medios y los días"
  • Servicio de limpieza de Lipasam. / El Correo
    Servicio de limpieza de Lipasam. / El Correo

Me entero por los medios de comunicación de lo que dicen tanto el alcalde actual como los alcaldables. Todos hablan, con vista a las elecciones, de una Sevilla limpia. Y con razón, anda que no nos gusta la limpieza en Sevilla, otra cosa no, pero la limpieza... Mi madre cuando yo vivía en casa de chico y de joven, limpiaba diariamente abriendo todas las ventanas y la señora de la limpieza que viene ahora a mi casa hace lo mismo porque dice que su madre hacía lo mismo y punto, si no se emplea esa metodología la limpieza sería una guarrada.

Yo no digo que no se abran las ventanas pero ¡tanto tiempo! Ahora porque hace calor pero cuando llegan esos tres o cuatro días al año de fresquito la cosa cambia, menos mal que en estos tiempos son tres o cuatro mañanas debido a la calentura del planeta o similar pero de chico hacía frío, a mí me debieron engendrar durante la última gran nevada que fue en febrero de 1954 y yo nací a finales de noviembre, echen la cuenta porque yo nunca se lo pregunté a mis padres y ya no puedo.

A la gente le gusta Sevilla como los chorros del oro y anda que no hay guarros por ahí, de niño recuerdo que algunos tíos iban por la calle y cuando les hacía falta largaban un gargajo donde cayera, con su ruido previo al lanzamiento y todo, qué asco me daba aquello. Ahora los niños se mean y vomitan, a los tíos del gargajo no los educó Franco y a los pijos de las movidas los padres les tienen miedo.

A los sevillanos les gusta también mucho la luz y el calor, yo soy sevillano y no me gusta nada la luz de Sevilla cuando dicen que es bonita, en primavera. No, la luz de Sevilla es bonita en otoño y en invierno o, mejor dicho, en lo que queda de otoño y de invierno, hasta los turistas se han dado cuenta de eso porque ya vienen más en esas épocas que en Semana Santa y en Feria. Donde se ponga el cielo azul ni muy fuerte ni pálido de Sevilla en invierno que se quite ese cielo neblinoso, uno de los motivos que llevaron a Rafael Montesinos a titular su libro cumbre De la niebla y sus nombres porque en verano y parte de la primavera en Sevilla no hay cielo, hay calima y contaminación por ozono. Y a veces, boina.

El afán por la limpieza conduce al amor por las baldosas, qué bonito está ese patio en verano sin árboles y con baldosas, qué hermosura de jardín que ya no es jardín sino patio, anda, para qué tanto jardín, con la mierda que dan los jardines. Digan que sí señores alcalde y alcaldables, Sevilla limpia y olé.