Si preguntas, nunca lo sabrás

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11 oct 2018 / 08:07 h - Actualizado: 11 oct 2018 / 08:50 h.
  • ‘La balsa de Medusa’ de Théodore Géricault.
    ‘La balsa de Medusa’ de Théodore Géricault.

Louis Armstrong dijo algunas cosas más que interesantes sobre esa música que conocemos con el nombre de jazz. La que a mí más me gusta es esta: ‘If you have to ask what jazz is, you will never know’ (Si tienes que preguntar qué es el jazz, nunca lo sabrás). ¿Por qué es esta mi preferida? Pues porque resume perfectamente en qué consiste la contemplación de una obra de arte, cual es la inutilidad de la explicación. Sirve la frase para la música o para cualquier manifestación artística.

Del mismo modo que un blues o una pieza interpretada por Bill Evans hay que sentirlas mientras se escuchan, hay que dejar que se expliquen a sí mismas; un cuadro, por ejemplo, no puede mirarse como si fuera el escaparate de la esquina puesto que una obra pictórica solo puede entenderse y sentirse si el observador es capaz de introducirse en el lienzo, en lo que representa. Porque cualquier obra de arte solo puede ser contemplada desde dentro, desde el lugar que ocupó el artista. Tratando de sentir lo que él o ella sintieron, tratando de ver lo que él o ella vieron, tratando de ocupar su lugar. Esto es algo que no terminan de comprender millones de snobs que quieren parecer expertos al repetir frases hechas y redondas aunque sean incapaces de entender nada de lo que dicen, sujetos que incluso llegan a gastar verdaderas fortunas sin saber si compran algo importante, un capricho o una castaña pilonga.

Si logramos acompañar al artista en el momento de crear, imaginar sus motivaciones o sentir el fuego inaguantable que le obligaron a hacer una cosa en lugar de otra, seremos capaces de disfrutar de cualquier obra de arte. Hay que dejarse llevar. Y cuidado con las explicaciones. Por ejemplo, un poema explicado es un poema distinto al que el poeta escribió, un poema muerto. La poesía debe sentirse. Ni siquiera es obligatorio entenderla.

En fin, disfruten y huyan del postureo empalagoso.