¡Sigan desmontando el país...!

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27 may 2017 / 09:33 h - Actualizado: 27 may 2017 / 09:34 h.

Llevamos reconstruyendo España los suficientes años, como para continuar casi exclusivamente instalados en la queja... observando la voladura de la arquitectura institucional y social que hemos forjado generosamente. Lo retardatario es el bloqueo de los aliados de dicha ofensiva, los presuntos y los neutrales, que sigilosamente se abastecen del sudor de las mayorías civiles, que apuntalan el desgobierno, la desvergüenza, convirtiendo en normal lo indecente, acomodándose a las técnicas de manipulación más burdas, apodando chistoso lo que es pre delictivo políticamente ¡Qué ocurrente es el Presidente!

No es obligatorio luchar por los derechos de tus hijas, de tus abuelos, ni de tu familia, no es obligatorio luchar contra las muertes en el Mediterráneo, no es obligatorio luchar por los dependientes sin ayuda, no es obligatorio luchar contra las violencias de género, contra las corruptelas ya sean políticas o futboleras, deporte cada vez más parecido en sus bambalinas a las del viejo boxeo. Tú sabrás... Pero lo que es más deshonesto es practicar la máxima de pedir y no dar, y además restar ¿Qué modalidad inconstitucional es esa? ¿Derechos para unos y obligaciones para otros?

Para escribir, para hablar en el bar, en el cole, en el mercado, en el Congreso, o donde sea, hay que tener la autoridad de predicar con el ejemplo en pasado, y presente. No es compatible tanto confort de baja ni de alta intensidad, junto a tanta ruina ética, y miseria económica. Esta sociedad, y parte de sus representantes, se han convertido en expositores de excusas, ya es un tema cultural que empieza a carcomernos.

Cuánta ingenuidad pensar que están interesados en acabar con las violencias, las drogas, la economía sumergida, la inmigración, el paro, el deterioro de la sanidad y de la educación pública, sus privatizaciones, su políticas de entretenimiento, de precarización, de dormideras; sí son las industrias que mueven los hilos tejedores de esta sociedad depredadora con la gente de a pie, y que ha votado originales azules, y fotocopias naranjas, pensando que esos colores eran los virtuosos.