Sol y Estrella

la opinión de...

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25 mar 2017 / 17:21 h - Actualizado: 25 mar 2017 / 17:49 h.
"Cofradías","Triana","Opinión"

Los días se nos van poniendo en la solapa como ramos de azahares, marchitándose después de regalarnos, apenas por unas horas, su aroma incomparable. Es el domingo de la alegría, en mitad de la Cuaresma. Así, a bote pronto, la Macarena y la Esperanza de Triana celebran sus funciones de septenario (una principal, y la otra no, porque el Rosario de San Gil sigue teniendo el lugar que otras Glorias han perdido). Así, que se me ocurra a mí, la ciudad despierta hoy con el gozo de la Virgen del Valle en besamanos, con el reverente beso en los pies del Señor de la Victoria y el Cristo de la Salud de San Bernardo. Y se despiertan hoy Sevilla, y Triana, con la emoción de tener a la Estrella frente a frente en su capilla trianera.

Allí, en los ojos de una niña coqueta y a veces traviesa como todos los niños, hay una curiosa conjugación celestial. A la misma altura, al mismo tiempo, y dentro de la arquitectura de Delgado Roig donde vive la Estrella a la espera de la ansiada ampliación o (quién sabe) su vuelta a San Jacinto, Sol va a mirar a la Estrella tan de cerca que, a los ojos de sus padres, no van a saber si día o noche, si vale más lo que Manolo y Marta quieren a la Virgen o esa ilusión de Gonzalo y de su hermana cuando van creciendo al amparo de esa Emperatriz de los astros que es la Dolorosa del Domingo de Ramos que, no por ser de ese día, sino por quién es y lo que significa, me aturde el sentimiento cada vez que la visito.

Sol puede ser cualquiera de esas niñas, cualquiera de esos niños que, asomándose lentamente, en ese tiempo sin tiempo de la infancia, a lo que supone vivir la Cuaresma y sentir la Semana Santa, van recopilando unos recuerdos que luego, como nosotros, cuando pasen los años, recitarán como la nómina de hermandades, como el Dame Cera, como aquellas preguntas que dije yo. Esta niña, yo lo sé, no va a escatimar besos para la Virgen, porque ella es cariñosa y sabe que esa mujer, tantas veces retratada en su casa, es la verdadera Estrella del Sol de su vida. ~