Año nuevo, vida nueva. Para los andaluces: año nuevo, Gobierno nuevo. Un auténtico melón por calar. Mucho lo que se espera de él, pero mucho, también, lo que los andaluces le vamos a exigir. Porque no solo tendrá que gobernar con criterios distintos a los de antes, también ha de acometer profundas reformas, entre ellas un decidido impulso a la industrialización, fijando claramente las localizaciones, sectores prioritarios y fases para su desarrollo. Ha de potenciar la Educación a todos los niveles, propiciando una mayor y mejor I+D+i y poniendo las bases para la colaboración permanente entre Empresa y Universidad, de la que solo cabe esperar buenos resultados. Debe adecuar la Sanidad a las necesidades reales, eliminando listas de espera y acortando los plazos que hoy se sufren. Y, fundamentalmente, ha de sentar las bases para crear empleo de calidad, mediante políticas económicas y fiscales que sean capaces de atraer inversiones productivas y no solo especulativas. Tampoco podrá olvidar las políticas migratorias, la protección de las familias, la reducción de cargas impositivas para equipararnos a otras Comunidades y un largo etc.
A esta relación muy básica de lo mucho que deberá abordar, se une lograr el mejor funcionamiento de la administración andaluza, tanto la oficial como la paralela, y ello, sin que parezca que un elefante ha entrado en una cacharrería. ¡Casi nada el reto!
En lo personal, el nuevo Gobierno, necesitará inteligencia y altura política a raudales. ¿Las tendrán los nuevos dirigentes? El melón va a ser calado. Si sale "pepino", Andalucía habrá vivido un sueño de cuatro años, o incluso, ni eso. De todos modos ¡enhorabuena! y ¡ojalá acierten!