Suele pasar que valoramos más lo que viene de fuera que lo que tenemos al lado y, a veces, ésa es mi sensación en determinados momentos como, por ejemplo, la celebración del SICAB. A excepción de los años en los que han trabajado en él Tomás Terry y Silvia Peris -que, sin duda alguna (y le pese a quien le pese), han sido los más esplendorosos en lo que a personajes sociales se refiere-, la verdad es que siempre me he sentido mal tratado por parte de este Salón Internacional del Caballo. De hecho, en esta edición no he recibido ni siquiera convocatorias por parte de un gabinete, el que lleva su prensa, que debe pensar que, ni por mi vinculación con El Correo de Andalucía, ni por la dirección de la revista “Sevilla Magazine” -la más seguida de la prensa andaluza-, merezco estar allí (no hablemos ya de acudir a la cena de famosos que se organiza cada edición y para la que, vuelvo a lo mismo, desde que Tomás y Silvia dejaron de estar, no he vuelto a recibir invitación).
Quede constancia que a mí, a Ricardo, me da exactamente igual que me llamen o no. Pero a Ricardo Castillejo, el periodista, sí que le ofende este “olvido”. Lo mismo no saben de mi trayectoria, ni de mi compromiso profesional. O no lo valoran. O ni siquiera les interesa. No pasa nada tampoco. Fuera sí que lo saben, tal y como me lo acaban de demostrar dedicando todo lo que han dedicado en los medios nacionales esta semana al aniversario de la mencionada “Sevilla Magazine”. La mayor pena para mí es por mis lectores, a los que, directamente, se les ningunea. Entiendo que porque, para el SICAB, tampoco son demasiado importantes.