Sueños de Triana

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02 jun 2018 / 16:59 h - Actualizado: 02 jun 2018 / 17:00 h.
"La trastienda hispalense"

Triana huele a fragancia de auténtica herencia de tradición, que de padres a hijos se fue cimentando en un cronicón popular escrito por tatarabuelos y tataranietos, por eso Triana vive sus caminos igual en Mayo que en Diciembre, que cualquier momento y sitio es bueno para los preparativos del próximo, aderezado siempre por la memoria de las leyendas, por los anales de la nostalgia y por los testimonios del más puro sentir rociero.

Y es que en Triana no falta de ná, que mientras que va y que viene Triana de su Rocío, Mayo nos trae por el río otra fiesta singular... Cruz de Mayo, florida, de patios y casas, de casta y de raza, de bellos mantones, macetas y flores por calles y plazas... Cruz de Mayo, florida, sobre parihuela, cajón de madera, de juegos de niños, meloja y pestiño, Santa Ana y plazuela.

En Triana no falta de ná, que no hace falta ser ricos pa’ alfombrar el Corpus Chico de romero y arrayán... Santa Justa y Rufina, las dos alfareras, las dos, trianeras, a Cristo lo guardan desde su Giralda, son sus centinelas... Triana de Corpus por el Altozano, con Dios de la mano, que va entre cantares y hermosos altares de un barrio cristiano, también salesiano, María Auxiliadora, la Gloria Bendita, Triana y sus niños, amor y cariño por “La Sentaita”.

Y con la caló del membrillo, Santa Ana viste a María con su Divina alegría de Pastora Trianera... Y luego al son de un martillo de marcha y de sinfonía, en la Madre del Mesías del Rosario Costalera. Y es que en Triana no falta de ná, ¿qué puede faltar?, sí tiene un hechizo que ni el paraíso la puede igualar, ¡Que siga el compás!... Por eso Santana se vino a Triana pa’ está acompañá del quiebro y quejío que tiene el sonío de la Soleá.

¿Quién puede hablarle al poeta de soledad en la vida?... Sí soledad es la noche con manto negro de asceta, y en cada noche, un derroche de inspiraciones repletas de ausencia y de compañía... La Soleá es la falseta de lamento y fantasía... “La soleá me da sangre, cuando solo, en el camino, me está apuñalando el hambre”.

Que en la fragua de los cantes, ella es yunque y es martillo, cinceles de vida errante, martinetes lazarillos de canasteras cautivas al bronce de un estribillo y una soleá prendía al pecho de una gitana, en el Zurraque, nacía, en el río, bautizada, y en to’ er mundo conocía por “SOLEÁ DE TRIANA”.