Cuando la risa te sale espontánea y te invade una sensación de relajación, todo lo ves diferente. Las penas son menos penas con pan, dice un refrán español, pero para mí que las penas se van si te ríes de ti mismo y de lo que te hace sufrir.
Los que son capaces de sacar su sentido del humor ante cualquier situación triste son superhéroes con poderes maravillosos que cambian todo lo que tocan, porque no tenemos tan a mano recursos para reírnos, sino que más bien nos entrenan para ver el lado trágico y no amable de los acontecimientos. Y es que reírse a carcajadas, quitar dolor a cualquier situación, se ve como una frivolidad.
Actualmente muchos estudios demuestran los beneficios de la risa, incluso hay escuelas para enseñarnos a reír. ¡Qué pena! Es como si hubiese escuelas para enseñarnos a respirar, a caminar, a temas que ya de simples que parecen se nos olvida lo importantes que son.
Pero como siempre, hay excepciones, surgen de forma natural como flores silvestres que nadie riega. Pues sí, cerca de ti están esas personas con carcajada fácil, con sentido cómico para vivirlo todo con menos dolor, y esos auténticos superhéroes nos deberían de servir de ejemplo, de modelo de vida a imitar, porque seguramente estas personas son más profundas, más inteligentes y avanzadas, y han sufrido tanto que por fin ven la luz sólo al saber sacar partido a lo más simple que tienen, que son respiraciones profundas abdominales, vulgarmente llamadas carcajadas sonoras.