Supersticiones de ayer y de hoy

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07 ago 2017 / 21:21 h - Actualizado: 07 ago 2017 / 21:26 h.
"Hispalíneas"

El clima supersticioso de la Edad Media llevaba a que, en vez de atacarse las causas de los males, se estigmatizara y se condenara a quienes padecían las consecuencias. Por ejemplo, no se hacía caso a la falta de higiene que causaba enfermedades como la lepra pero se apedreaba a los leprosos creyendo supersticiosamente que, al ser portadores de una especie de maldición divina, eran ellos los que contagiaban las enfermedades. Tal vez parezca que las circunstancias del siglo XXI nada tienen que ver con las del XI aunque puede que si existiera una medida de tiempo para los avances culturales, nos diéramos cuenta de que no estamos a un milenio de distancia.

El negocio de los viajes ha crecido desordenadamente hasta formar una burbuja que, en parte, ha sustituido a la inmobiliaria, productora de la actual crisis pero ello no es producto de la casualidad sino del cálculo de grandes corporaciones, que sólo buscan grandes y rápidas ganancias aun a costa de llevarse por delante tesoros patrimoniales, y de la miopía, dejadez o connivencia de gobiernos que no quieren, no saben o no se atreven a tomar medidas para ordenar una corriente que, como la del ladrillo, aparenta traer prosperidad. Pero hacer recaer la culpa de ello en los turistas y atacarlos es una reacción medieval que, en la actualidad, no está promovida y encauzada por espíritus primitivos y supersticiosos sino por corrientes políticas que no han nacido para buscar soluciones sino para vivir alentando en mucha gente un descontento irracional y primitivo. Casi medieval.