En una ciudad como Sevilla, donde la tendencia nacional del postureo halla mucho terreno abonado para ser cantera del figuroneo, bien merece la pena resaltar un jueves de marzo que señala el camino a seguir para incorporar la meritocracia como brújula diaria de la agenda hispalense. Como patrón de criterios y metas. Por ejemplo, este 15 de marzo de 2018. Esta es la terna de una jornada en la que, con toda naturalidad, diversas instituciones conformaban, mediante sus actividades, el eje identitario de una Sevilla universal basada en lo importante.
La labor social más fácil, barata y universal que puede hacer la Universidad de Sevilla, con un solo video, es dar a conocer en su ciudad y a todo el orbe de habla hispana el enlace a la grabación de una auténtica lección magistral de amena divulgación médica y científica para toda la ciudadanía. La que impartió ayer el neurocirujano sevillano Andrés Lozano, en su investidura como Honoris Causa. Qué maravilla. Sin duda alguna, Lozano es uno de los sevillanos más sobresalientes y prestigiosos a nivel mundial. Un número uno en neurocirugía funcional. Pionero, con todo su equipo de médicos e investigadores en el Western Hospital de la Universidad de Toronto, en la exitosa aplicación clínica de la estimulación cerebral profunda para la enfermedad de Parkinson, la depresión resistente al tratamiento y la enfermedad de Alzheimer. Gracias a personas como Andrés Lozano, el mundo es mejor y aumenta nuestra esperanza de vida durante más años. Esto sí que es importante y trascendental. Y no darle inmerecida cancha a cualquier tonteo del compadreo del chalaneo.
A media tarde, en Cartuja, otro número uno mundial. Que presume de haber nacido en Las Navas de la Concepción. Y acaba de acreditar el Oscar a la mejor predicción, pues un modelo analítico de su empresa acertó, en todas las categorías, quién sería el ganador de la mítica estatuilla. Es Francisco J. Martín, fundador y presidente de BigML, empresa de referencia en la tecnología del ‘machine learning’. Desde su sede central en Corvallis (Oregón), donde vive desde comienzos de siglo. En la EOI volvió a demostrar que también es un formidable y ameno orador. Pero lo más crucial es su firme voluntad, como manifestó en la clausura de Andalucía Digital Week, de contribuir a que en Sevilla se genere talento y empleo mediante la formación muy cualificada en machine learning. Ediles de Sevilla: muévanse todos a una para aprovechar una oportunidad que tanto bien haría a muchos jóvenes.
Y por la noche, para no perder contacto con la realidad a pie de calle, tanto la fraterna como la sórdida, era posible vivir ayer en Sevilla la presentación que el gran escritor Antonio Muñoz Molina hizo de su último libro, ‘Un andar solitario entre la gente’, en la Biblioteca Pública. Inspirado en su capacidad de observación para entender cuántos submundos aguardan nuestra mirada, en papeles pegados en farolas, o en bártulos arrumbados junto a un contendedor, por señalar dos ejemplos. Muñoz Molina es una voz imprescindible en el paisaje de sequía librepensadora, por efecto del cambio climático en la cultura y el pensamiento, que consiste en bailar al son de lo políticamente correcto.