Tesoros en los vertederos

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
13 abr 2017 / 09:39 h - Actualizado: 13 abr 2017 / 09:39 h.

Conocí hace algunas décadas a un hombre que hizo dinero yendo por los pueblos, de casa en casa, buscando antigüedades: aperos de labranza, utensilios de cocina, máquinas de coser, planchas, lámparas de aceite, cuadros o fotografías. Llevó a cabo esta labor en los años sesenta, una época en la que en los pueblos que estaban muy alejados de las grandes ciudades había muchas familias necesitadas y, según me contó, le llegaron a vender recuerdos familiares tan íntimos como documentos, ropa interior o joyas. Creo que no solo vendían estas cosas por necesidad económica, sino porque en nuestra tierra no tenemos muy desarrollado el sentido de la conservación del patrimonio sentimental. Solo hay que ir a un vertedero para comprobar que lo tiramos casi todo, a veces piezas de museo. Tras enseñarme algunos hallazgos, decidí que sería un buen retiro, en vista de lo negro que estaba el panorama. Un día encontré en la basura una novela original de Julio Verne, Maese Zacarías, y desde entonces no he parado. Es un vicio, quizá el único que me domina, después del tabaco.