Tiempos de Esperanza

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23 dic 2017 / 20:09 h - Actualizado: 23 dic 2017 / 23:03 h.
"Cofradías"

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Cuando las Esperanzas bajan del cielo, el tiempo se detiene. Cuando la Madre de Dios de la Macarena baja a tierra a repartir Esperanza, los corazones se aceleran. Cuando nos ponemos frente a Ella y la miramos fijamente es difícil explicar lo que se siente. Muchos recuerdos y momentos que se vienen a la mente. Te acuerdas de las personas que, desde pequeña, te enseñaron a amar y tener Esperanza y, que ya no están, pero miras al cielo y es como si los vieras. Miras a la Esperanza y los ves. Cuando miras a sus ojos, las lágrimas se cuelan en la mejilla y das gracias por poder estar y disfrutar delante de Ella y, sobre todo, le ruegas que no deje nunca de transmitir Esperanza y Fe a quienes más lo necesitan. Y pides que sea la virtud que junto a la humildad, honestidad y paciencia reine en esta sociedad complicada en la que vivimos.

Del Arco de la Macarena. De la Madre de Dios, a la Esperanza Trinitaria. Esas son mis dos Esperanzas. Las dos me dan, enseñan y transmiten lo mismo. Esperanza es sinónimo de Fe y Vida. Tener Esperanza y ser humilde es el regalo más bonito que nos puede dar Dios. Y eso es lo que a mí me dan mis dos Esperanzas y me inculcaron desde pequeña. Una de ellas la conocí cuando casi no tenía uso de razón y todas las semanas iba a verla a la basílica, una tradición que sigo haciendo. La otra la descubrí en plena adolescencia y es a la que cada Sábado Santo acompaño en estación de penitencia, y a cuyo encuentro voy también muy a menudo. Cuando el Día de la Esperanza estuve visitándolas, me llamó mucho la atención sus besamanos: Sencillos, clásicos y sobrios. Cuando entré en la basílica de María Auxiliadora y me planté delante de mi Virgen de la Trinidad me acordaba de un amigo trinitario. Una persona entrañable que ha dejado mucha huella en la hermandad y en el cuerpo de diputados. Para mí ha sido una de las personas que me ha enseñado a conocer y vivir mi hermandad de otra manera, y que me enseñó a tener siempre una sonrisa pese a las dificultades. Gracias, Diego. Siempre estarás entre nosotros.

El otro día decía el papa Francisco: «La esperanza es la virtud de un corazón que no se encierra en la oscuridad, no se detiene ante el pasado, sino que sabe mirar al futuro». La esperanza es capaz de mover el mundo, pero es algo que tenemos y debemos hacer juntos, y, siempre mirando al frente. Es tiempo de dar Esperanza.

«Para ir al Cielo no vale lo que se tiene, sino lo que se da», dice también el Papa Francisco. Hay que dar Esperanza. Y como bien decía Martín Luther King: «Sí ayudo a una sola persona a tener Esperanza, no habré vivido en vano». Yo tengo a mis dos Esperanzas siempre conmigo. No perdamos nunca la Esperanza y, sobre todo, ayudemos a dar Esperanza. ¡¡Feliz Navidad!!