Que el Código Penal en España podría traer de portada una etiqueta del blandi blup no hace falta ni decirlo. El famoso Antonio, vente pa España, de mi querido Josele, se ha modernizado y llama a nuestro país a miles de criaturitas expertas en mangar carteras, sabedores de que si lo mangado no sobrepasa los 400 euros te pueden detener 1.500 veces pero no vas al maco. El Paraíso.
Y luego están los monstruos profesionales, asesinos y violadores de la más abyecta condición, a los que para ponerles las cosas aún más fáciles algunos de nuestros políticos proponen eliminar la Prisión Permanente Revisable que, como bien dice su nombre, no es a perpetuidad, sino revisable cada cierto tiempo. La cárcel puede reinsertar, pero solo a quien tenga un mínimo de sentimiento y humanidad.
Y luego están los otros. Esos monstruos, que por más años que pasen entre rejas lo volverían a hacer una y otra vez, en cuanto pisen la calle de nuevo. Y para esos sí que es necesaria una prisión permanente, aunque sea revisable. Desde que el mundo es mundo, hay gente que no está preparada para vivir en él. Pero en esta sociedad tan políticamente correcta, donde ya solo falta llevarle dulces al asesino cada jueves, no vaya a ser que se traumatice, todo es negativo.
Pablo Iglesias dice que la prisión permanente no es justicia, sino venganza. Querido Pablo, la peor venganza es la que pueda cometer alguno de esos tipejos cuando salga, por pensar, encima, que le hemos jodido la vida. Manda huevos, Trillo Dixit.