Trabalenguas

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13 may 2017 / 23:27 h - Actualizado: 13 may 2017 / 19:54 h.
"Idiomas"

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No sé si seguir intentando aprender más inglés, si recordar el francés o si centrarme en el castellano para entenderme con mis hermanos de Hispanoamérica (sin olvidar a los brasileños y portugueses, ¿por qué tienen que ser ellos los que casi siempre se adapten al castellano?). Una colega de la Universidad de Huelva me dijo que yo tenía resistencia psicológica al inglés. Dio en el clavo. Pero no por Inglaterra –que también– sino, sobre todo, por Estados Unidos. Cuando murió Franco, España era tal vez el país más antiyanqui del mundo occidental. Ahora la gente va por ahí con camisetas, trajes y todo tipo de artilugios con la bandera de la libertad grabada y se atraganta de series gringas y se ve que hasta los de Podemos se han educado bajo el signo del imperio, por ese motivo, entre otros, no saben dónde están. Tengo buenos amigos en gringolandia pero, como Dios nos cría y nosotros nos juntamos, debe ser que me voy con los que son tan críticos con su país que a veces tengo yo que defender a los USA. ¿Y qué son los USA? La naturaleza humana en movimiento.

Me he desviado. Debo esforzarme por entender el castellano latinoamericano. De sobra es conocido lo del verbo coger en México y Argentina como sinónimo de copular. «Mañana cojo el avión de regreso a España», dijo un colega español, profesor de universidad, en una reunión de gente del gremio. Un mexicano le contestó, riéndose: «Vosotros los españoles ya hasta con los aviones». Hace años impartí una conferencia en una universidad de Ciudad Juárez y para animarla exclamé, sobre un tema, algo así como: «¡Por mí se pueden ir a hacer puñetas!» (soy muy mal hablado, incluso en la academia). Terminó el acto y un decano me preguntó: «Doctor, ¿por qué ha dicho usted lo de las puñetas?». «Para amenizar». «Es que aquí puñetas equivale a masturbarse».

Una amiga peruana comentó que en una foto estaba «churro». Me enojé porque yo soy más bonito que un San Luis, como me decían de chico. Y ella me aclaró que, en Perú, churro o churra es guapo o guapa. Naturalmente, yo le expliqué lo que significa churro o churra en España. En otra ocasión, a esta misma persona le dije que estaba ya acostado porque eran cerca de las tres de la mañana y me acompañaba mi perra Turia, una chucha salvada de la muerte, por adopción. Mi interlocutora me respondió que en Lima chucha equivale: a) Vagina o vulva; b) –«A mí que chucha» (a mí que me importa); c) –«¡Chucha!» (¡Mierda!).

¡Manda huevos! Y yo aquí intentando recordar que crowdfunding es una simple colecta.