Trump o la figura del nuevo Caudillo

Image
31 ene 2017 / 23:55 h - Actualizado: 31 ene 2017 / 23:55 h.

Donald Trump es presidente de los Estados Unidos de América porque millones de personas le han votado. Eso es una verdad incontestable.

Donald Trump será uno de los peores presidentes de los Estados Unidos de América. Esa es una intuición que millones de personas comienzan a sentir. Y me temo que algunos de los que le han votado están incluidos. Pero lo curioso es que un sujeto como este irá ganando seguidores dentro de sus propias fronteras. Porque lo que prometió Trump durante su campaña lo va a cumplir. Eso significa que logrará un país encerrado en sí mismo, ultra protegido económicamente y con una autoestima desconocida hasta ahora.

Lo que es muy bueno para los Estados Unidos no lo es para el resto del mundo. No hay que equivocarse. Si Trump logra sus objetivos más escandalosos, el mundo saldrá perdiendo a corto plazo.

Lo que ya no está tan claro es si, pasado el tiempo, ese efecto seguirá siendo tan notable. El aislamiento genera una comodidad impostada en la población que termina pasando factura antes o después.

España lo estuvo durante cuarenta años y pensábamos (no había información en contra) que estábamos tan ricamente. Éramos un pueblo ignorante, nos habían dicho que una especie de demonio nos esperaba más allá de los Pirineos. Nos sentíamos cómodos instalados en nuestra mediocridad. Como España no hay nada. Era nuestro particular grito de guerra.

En Estados Unidos ocurrirá algo similar. Y cuando quieran abrir los ojos se encontrarán con una realidad hostil. Porque los pueblos del mundo estarán organizados alrededor de otros poderosos. Seguramente tendrán los ojos rasgados. Y será tarde para que reaccionen.