Turismo bueno, turismo malo

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16 may 2018 / 20:10 h - Actualizado: 16 may 2018 / 20:13 h.
"Habla, Sevilla"

Ha llegado el momento. Quizás estemos en el momento oportuno, como ya lo avanzaba el candidato del Partido Popular a la Alcaldía de Sevilla, de reorganizar, reglar, ajustar lo que lleva varios meses pidiendo una pensada importante para lograr un turismo de calidad en la ciudad de Sevilla.

Las cifras del delegado de Turismo hablaban por sí solas, Sevilla se ha convertido en una ciudad turística por muchos motivos, sus monumentos –fundamental–, su clima, gastronomía... y ello arrastra a ese otro turismo –denominado– de congresos, pero también ese otro (que se podría tildar de daño colateral) que llamo turismo de despedidas de solteros, entendiendo este último como aquel que genera mucho ruidos y pocas nueces, muchos turistas y poco gasto, dando la sensación o llegando a la conclusión de que nos encontramos ante un turismo bueno y uno malo.

Según los datos ofrecidos por la propia administración local, la ciudad se mueve sobre los 2,5 millones/año de viajeros alojados en establecimientos hoteleros, casi cinco millones/año de pernoctaciones, lo que llega a concluir que materia prima hay.

Ahora –que se empieza a hablar de turismo de lujo– es cuando habrá que empezar a poner las bases para, precisamente, atraer a la ciudad visitantes que tengan un alto poder adquisitivo. Pero para ello lo primero que hay que hacer es analizar por qué también se viene asentando un turismo de low cost, de despedidas malas de solteros, que dañan la imagen de la ciudad y que ¡ojo!, es el primer enemigo que impide el paso a un turismo de calidad, o si lo prefieren del mal llamado turismo de lujo.

No se puede compatibilizar el turismo bueno y el malo, ni apostar por ambos, entre otros motivos porque lo que a uno le gusta disgusta al otro, y viceversa.

Mientras tanto, ¡sé feliz! ~