Ubuntu

Una persona con espíritu Ubuntu es alguien que desprende una profunda confianza, alguien ante el cual te animas a compartir tus inquietudes y que, cuando lo haces, te hace sentir en un estado de profunda armonía

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25 ago 2018 / 17:06 h - Actualizado: 25 ago 2018 / 20:40 h.
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Todos tenemos algo en común: pertenecemos al género humano, somos personas. Unas te pueden caer mejor, otras peor, pero algo es innegable: todos formamos parte del club de la humanidad. ¿Te has planteado alguna vez qué es lo que nos hace humanos? ¿qué es lo que alimenta nuestra humanidad? ¿se puede aprender a ser persona? La respuesta a estas cuestiones se resume en una palabra: Ubuntu.

Algunas tribus bantúes, del sur de África, tienen una palabra especial Ubuntu que significa «condición humana interdependiente, interconexión», es decir, yo soy en tanto que tú eres. Una persona con espíritu Ubuntu es alguien que desprende una profunda confianza, alguien ante el cual te animas a compartir tus inquietudes y que, cuando lo haces, te hace sentir en un estado de profunda armonía. La lección magistral que nos regala la filosofía Ubuntu es que una persona se hace humana a través de las demás.

¡SÍ!

Seguramente te habrá pasado más de una vez, cuando ayudas a alguien te sientes bien, es decir, te entra un sentimiento de alegría, satisfacción y plenitud que actúa como catalizador de una Sinergia Interior que te empuja arrebatadoramente a seguir haciendo cosas constructivas, de modo que si entonces alguien vuelve a solicitar tu apoyo, tu consejo, tu comprensión... te sale del alma contestar: «¡SÍ!» porque sabes y sientes que esa Sinergia Interior que se genera en tu relación con otras personas es la madre del valor, todos somos células valiosas del cuerpo de la humanidad y para que éste funcione oportunamente haremos bien en colaborar.

El «¡SÍ!» te lleva a entender que para progresar, crecer y evolucionar ¡necesitamos a los demás! y en el momento en el que, por una mala palabra o una actitud fuera de lugar, quebrantas la confianza de alguien y te cargas la relación, no sólo le haces daño a esa persona sino que estás minando tus propias oportunidades de evolución. Si no lo haces por bondad, hazlo aunque sea por puro egoísmo ¡ser buena persona es productivo! Recuerda: la buena persona se corona y el mal bicho... ¡se hunde en su propio nicho!

El arte de CALMAR

Piénsalo, cuando un negocio o una relación se complica ¿no resulta maravilloso contar con alguien capaz de sembrar entendimiento, con la habilidad de generar alternativas y propiciar el acercamiento? esto es lo que consigue la filosofía «Ubuntu», gracias a ella aprendemos el efectivo y necesario arte de «CALMAR»: Conversaciones Agradables que Lideran, Motivan y ARmonizan. Las personas «Ubuntu» tienen la habilidad de gestionar conflictos, son transmisoras de serenidad, conectoras de objetivos y generadoras de pasión, muchas veces transmiten todo esto a través de una sencilla conversación, porque el arte de «CALMAR» nos acerca al interior propio y ajeno así como facilita que compartamos productivamente el terreno.

Las conversaciones agradables tienen la virtud de:

– Liderar el cambio hacia un buen estado de ánimo y liberar tu espíritu de tensiones.

– Motivar el comportamiento hacia el logro de tus metas, al tiempo que te ayudan a madurar tus deseos para transformarlos en efectivas acciones.

– Crear una armonía en el ambiente que se transmite hacia el interior de sus participantes.

Los donantes de aprendizaje

La filosofía «Ubuntu» te demuestra cuál es el verdadero significado de aprender, porque para adquirir conocimientos es indispensable un donante –de nuevo, la esencia de Ubuntu, interconexión...–. A estas alturas de la película, tendrás más que claro que la vida es aprendizaje: formal e informal, intelectual, emocional, profesional, humano... No importa si tienes 8 años u 80, ¡la vida te sigue sorprendiendo con las cosas que inventa! (y las que, directamente, inventas tú); el estar abierto al aprendizaje es síntoma de salud porque son esos aprendizajes vitales los que nos diferencian de los animales y, en cierta forma, nos hacen inmortales (en la medida que nos permiten dejar un legado). Creéme cuando te digo que aún estás aprendiendo porque, si te fijas bien, hay tres «donantes» que te están sonriendo (y, cuando es necesario, socorriendo): la curiosidad, las experiencias y la creatividad.

Como buenas donantes Ubuntu, la curiosidad, las experiencias y la creatividad te hacen genuinas transfusiones de auténticas lecciones... Unas veces te pueden gustar, otras no tanto, pero algo es seguro: estas tres donantes te llenan de utilidad vital. La curiosidad te permite descubrir; las experiencias te hacen recordar –para, posteriormente, aplicar– y la creatividad te hace inventar. El descubrimiento, el recuerdo y el invento contribuyen a que lleves las riendas de tu momento y esto es posible porque somos elementos solidarios, que no solitarios porque en nuestras creaciones, descubrimientos y memoria suelen estar presentes las personas que con su esfuerzo, empatía, dedicación y trayectoria llenaron de calidad nuestra historia.

Tanto si estás feliz como si no estás pasando por tu mejor momento, estáte atento, porque no estás solo. Recuerda Ubuntu...