Se va evaporando el debate de la Feria. Es un ser o no ser. Ser de ahora o ser de ayer. Aunque el ayer se tilda casposo y con cierto olor a naftalina. Nos queda claro, que ha sido un día más y que se ganaron en esas veinticuatro horas, noventa millones de euros. Y entré en otro debate. Cuando todos los domingos escucho la canción manida de «la Semana Santa no puede empezar otro día que no sea el Domingo de Ramos. Porque no y no, es no», pienso: ¿Y por qué no? La Iglesia siempre argumenta que las excepciones o dispensas se pueden hacer por necesidades pastorales. Un grandioso ejemplo son Las Misiones de 1965. Y ahora... ¿Qué momento vivimos? Tenemos por delante una Semana Santa en la que ya no acabe nada más ni se le espera. Y eso hay que tenerlo claro, mientras no se aclare el futuro de la Carrera Oficial y del orden de las hermandades para un mejor funcionamiento, el tema no se toca. Pero se abre una puerta y no debe ser descabellada. Se crearon hermandades con capacidad de crecer y aspiración a venir a la Catedral. El modelo que se creó en esta ciudad, ha servido para Jerez, que en las vísperas va cocinando a fuego lento sus hermandades para incluirlas en su nómina de Semana Santa pero en Sevilla, eso no funciona. Porque esas corporaciones han ido aumentando tanto de tamaño, que son a veces más grandes que algunas decanas. Pino Montano es el mejor exponente. Se pide sitio y paso, con el ánimo de engrandecer una Semana Santa que quieran ustedes o no quieran, empieza el Viernes de Dolores, con las Vísperas. Habría que ver la idoneidad según distancia del templo, estado del cortejo y sobre todo, si los hermanos quieren o no, dar este paso. La Milagrosa, Pino Montano, San José Obrero y La Corona o La Misión, podrían tener esa oportunidad que también traería cosas negativas. Son hermandades que se fundaron en el seno de un barrio que los apoya y protege todo el año y perderían el sabor y la solera de unas calles que los han visto crecer. El esfuerzo físico y económico sería importante, teniendo en cuenta que son cortejos integrados por nazarenos muy jóvenes. Aunque muchos tienen en mente lo conseguido por El Cerro y creen que ese es el camino. No sabemos si estamos a las puertas de una remodelación de nuestra Semana Santa. Hace falta consenso y sobre todo, capacidad creativa. Porque están ahí y porque tienen ese derecho. La pelota está en San Gregorio y en la plaza Virgen de los Reyes. Y en la ilusión de hacer historia en esos barrios, que aunque no te guste, son parte de la Semana Santa. ~