Cómo nos ven en el resto del mundo? A los españoles y a España en su conjunto, pregunto.
Hace un par de días, la financiación del Partido Popular de la Comunidad de Valencia; un poco antes corrupción para parar un tren con condena incluida de un partido político (por primera vez en la historia); ayer el marido de la infanta Cristina; falta por llegar la sentencia de los ERE de Andalucía que promete ser monumental... Esto es un no parar y una vergüenza atroz; parece que no se libra nada ni nadie. Supongo que visto desde fuera debe parecer (España) una cueva llena de millones de ladrones (españoles), una especie de fiestón perpetuo, un cachondeo sin límite que solo se detiene cuando dormimos la siesta o nos comemos una paella regada con litros y litros de sangría.
La imagen de España en el exterior debe ser patética. Pero eso no es lo peor. Lo lastimoso es la imagen que ya tenemos de nosotros mismos. Actualmente, ser presidente de la comunidad de vecinos es una actividad que puede hacer pensar a los demás que hay muchas posibilidades de que estés cobrando comisiones. Nos miramos de reojo, unos a otros, intentando descubrir el delito que hemos cometido. Vamos camino de materializar una injusticia monumental con nosotros mismos.
Pero, en realidad, los españoles somos lo que somos. Y sí, algunos son unos chorizos. Pero el resto, la gran mayoría, no lo somos. Al contrario, somos gente trabajadora, bondadosa, solidaria y divertida. Me niego a ver en el que tengo al lado a un corrupto. No pienso creer, ni a la de tres, que todos somos como Urdangarin. No, no y mil veces no.
Pues eso.
¿Cómo nos ven en el resto del mundo? A los españoles y a España en su conjunto, pregunto.
Hace un par de días, la financiación del Partido Popular de la Comunidad de Valencia; un poco antes corrupción para parar un tren con condena incluida de un partido político (por primera vez en la historia); ayer el marido de la infanta Cristina; falta por llegar la sentencia de los ERE de Andalucía que promete ser monumental... Esto es un no parar y una vergüenza atroz; parece que no se libra nada ni nadie. Supongo que visto desde fuera debe parecer (España) una cueva llena de millones de ladrones (españoles), una especie de fiestón perpetuo, un cachondeo sin límite que solo se detiene cuando dormimos la siesta o nos comemos una paella regada con litros y litros de sangría.
La imagen de España en el exterior debe ser patética. Pero eso no es lo peor. Lo lastimoso es la imagen que ya tenemos de nosotros mismos. Actualmente, ser presidente de la comunidad de vecinos es una actividad que puede hacer pensar a los demás que hay muchas posibilidades de que estés cobrando comisiones. Nos miramos de reojo, unos a otros, intentando descubrir el delito que hemos cometido. Vamos camino de materializar una injusticia monumental con nosotros mismos.
Pero, en realidad, los españoles somos lo que somos. Y sí, algunos son unos chorizos. Pero el resto, la gran mayoría, no lo somos. Al contrario, somos gente trabajadora, bondadosa, solidaria y divertida. Me niego a ver en el que tengo al lado a un corrupto. No pienso creer, ni a la de tres, que todos somos como Urdangarin. No, no y mil veces no.
Pues eso.