La economía andaluza, cerrará el año con un crecimiento económico en torno al 3,1-3,2 por ciento del PIB. Las perspectivas del mercado de trabajo también son buenas, pero no tanto. Es conocida la dificultad estructural en el paso de la macro a la microeconomía. Pero lo fundamental del cuadro económico andaluz, es su deficiente sector industrial, motor básico para el crecimiento y el empleo.
No se trata de sustituir sectores, sino de complementar la estructura productiva andaluza con un amplio y fuerte sector industrial. La estrategia Europea 2020 está basada en este principio reindustrializador, en la que Andalucía tiene que jugar un papel importante.
Alcanzar, con horizonte 2020, un peso industrial del 20 por ciento del PIB en Andalucía (hoy 12 por ciento), es muy difícil, pero no imposible. Para lograrlo se precisarían tres grandes acuerdos: 1º) un acuerdo político-institucional, entre los grandes partidos para, gane quien gane las elecciones, priorizar en su acción de gobierno la recuperación industrial; 2º) un acuerdo económico/financiero, de preferencia en inversiones hacia el sector industrial; y 3º) un acuerdo, de marcado carácter empresarial/social, de lucha contra el paro y de generación de empleo en el campo de la industria.
Andalucía con una población de casi 8,5 millones de habitantes, con un sistema universitario muy amplio, con capital humano preparado, tiene que salir de una tasa del 33 por ciento de paro absolutamente insostenible. El Gobierno de Andalucía necesita liderar un gran Pacto Autonómico de Industrialización para lograrlo.