Una campaña soporífera

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22 may 2015 / 01:08 h - Actualizado: 22 may 2015 / 01:08 h.
"Elecciones Municipales 2015"

El PP buscará el pacto sea como sea tras las elecciones autonómicas y municipales. No le queda otro remedio. Sabe que los partidos emergentes no quieren ver a la derecha ni en pintura y se acercan a la novia socialista. Podemos y Ciudadanos dicen no buscar nada con el partido que gobierna Rajoy, mientras que declaran mayor afinidad a la formación que lidera Pedro Sánchez. En resumen, finaliza una campaña soporífera y sin demasiado contenido en la que la corrupción, o el yo soy menos golfo que tú, se ha convertido en el tema estrella de mítines y debates, sobre todo en Madrid.

El ciudadano ha prestado muy poca atención a la ruta de candidatos y se siente desbordado. La información le aburre. Así las cosas, la campaña deja mucha suciedad política sin aportar proyectos e ideas, vamos, lo suyo. Lo más importante del mensaje político debe ser el objetivo de vencer y convencer a través de la empatía o la capacidad del emisor de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos. Para ello, es necesario el uso de un lenguaje positivo con una carga potente de ilusión que alcance de lleno a las emociones. Y esto no ha ocurrido ni de lejos.

Esta también ha sido la campaña del cada uno por su cuenta, con videos promocionales caseros, candidatos en bici, historias inventadas de jóvenes dependientas que trabajan mucho y cobran poco (dulce Valeria), marchas imperiales tarareadas desde el atril, declaraciones de la renta filtradas, mucho calor en días de primavera, votos por correo, programas que llegan tarde (casi el último día) y besos, muchos besos y abrazos. Y aquí, en Andalucía, en época de Rocío, de momento sin Gobierno.