La libertad consiste, entre otras muchas cosas, en respetar al otro. Como estamos en tiempos de acoso por una u otra razón, ahora se lleva lo del acorralamiento por explotación de la imagen, sobre todo si es mujer. ¿Por qué una mujer no puede explotar sus encantos, si le da la gana, y un hombre sí? ¿Y por qué alguien, sea macho o hembra, puede rentabilizar una cualidad intelectual y no una física? O sea, se puede vender un sentimiento hecho poesía (Te estoy mirando y no sé/ si el amor vive en tus ojos/ o tú en los ojos de él), pero no unos ojos bonitos para publicitar una marca de cosmética. No tengo un cuerpo para enseñarlo mucho, a pesar de mis casi dos metros de altura y aún sin alopecia, pero si una empresa me contratara para anunciar sombreros de picadores, a lo mejor ponía la mano. Incluso enseñaría el cogote, que es la parte más sensual de mi cuerpo y la que más utilizo para ligar, aunque ligue menos que un submarino en un lebrillo. Si se pueden vender el pelo, la médula ósea, la leche materna, los óvulos y el vientre, ¿por qué no una cara bonita? Pregunto. ~