Se define la expresión que da título a este artículo, en el argot taurino, como el pundonor del torero para seguir con la faena cuando ésta no está siendo buena. No hay un símil mejor para definir a Joaquín Sánchez. El de El Puerto de Santa María, amante confeso de la fiesta nacional, sabe de ello un rato.
El amor propio con el que defiende la camiseta de las trece barras sólo puede tener una explicación: la profesionalidad con la que continúa en la élite a pesar de sus 35 años. No cabe otra, es un jugador diferente, especial y luchador como pocos. El de ayer en Pamplona no era un partido fácil, tan complicado como el remate imposible con el que Joaquín puso a los suyos por delante. El que tuvo, retuvo, que diría aquél. Y en este caso viene que ni pintado. La calidad que atesora no ha disminuido con el paso del tiempo y ha vuelto a demostrar, como ya avisó en su día, que no ha venido al Betis ni a contar chistes ni a rascarse la barriga. Los hechos así lo demuestran y los números, también. Suma dos goles y una asistencia en ocho partidos mientras que el curso anterior, el de su regreso a Heliópolis, dejó sólo un gol en el haber de Joaquín, que jugó 32 partidos en toda la temporada.
Ejemplo de profesionalidad y entrega, ha devuelto al Betis el veneno y la sangre caliente que tanto echaba de menos esta hinchada. Capitán, líder dentro y fuera del terreno de juego, sigue siendo el ídolo de la fiel infantería verdiblanca por motivos claros y evidentes. Como prueba de ello no sólo está el recital durante el primer tiempo de ayer en Pamplona, sino también lo visto en la última jornada de Liga previa al duelo en El Sadar, ante el Real Madrid. Corrió cuanto pudo persiguiendo a Marcelo y Cristiano, a pesar de la opinión de su entrenador, que justificó el papel del gaditano en ese partido pensando que pasaría más bien lo contrario.
No contento con ser el jugador más veterano que ha marcado en Primera vistiendo la camiseta del Betis y, después de vaciarse como lo hizo ayer, otra vez, pudo decidir incluso el choque pasada la hora de partido con un sprint que le dejó solo delante de Nauzet. Si imponente fue la carrera, mejor aún el desmarque de ruptura previo.
Un goleador histórico
Además de todo lo expuesto, Joaquín ya es el segundo jugador gaditano que más goles ha anotado en Primera, y sin ser un delantero nato. Superado sólo por Kiko Narváez, suma 56 goles en la categoría de oro. No ha destacado nunca por su faceta anotadora, pero cuando juega siempre, como es el caso, acaba sumando guarismos que están al alcance de unos pocos.
Orgullo del Betis, de los béticos y sus paisanos. Ese es Joaquín Sánchez. Un tipo divertido, con arte y, sobre todo, fútbol. Pero también amor propio. Cualidades todas ellas que le elevan al olimpo verdiblanco.
Disfrútenlo mientras dure, no queda mucho para que cuelgue las botas y cuando se acuerde de él, dígalo alto y claro: yo vi jugar a Joaquín Sánchez.