Estoy convencido de que Rajoy no merecía salir así del Gobierno, y menos aún echado por un mediocre como Sánchez, secretario general de un partido donde no pueden dar precisamente clases de honradez. Pero el presidente saliente pertenece a una organización política podrida, el Partido Popular, con trescientos casos aislados de corrupción, luego es lo mejor que ha podido pasar, que hayan sido echados mediante una moción de censura, en vista de que, a pesar de toda la porquería, ganó las tres últimas elecciones y seguramente hubiera vencido también en las próximas. Pero no ha sido solo por la corrupción, sino por los recortes, el retroceso en las libertades y el manejo de una crisis que dejó más ricos y más pobres. En su descargo, también es justo decir que fueron a por él desde el mismo instante en que ganó por mayoría absoluta las elecciones de 2011, cogiendo el país en plena crisis. Nunca un presidente fue tan acosado. Le faltó saber irse cuando todo apestaba a su alrededor y se hubiera evitado la vergüenza de tener que ser echado a escupitajos.