Viene Jesús Nazareno...

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27 feb 2018 / 19:49 h - Actualizado: 27 feb 2018 / 19:52 h.
"Cuaresma","Fin de pista"

Jesús de Nazaret vuelve a tomar su cruz en estas tardes de agua amenazante y charcos negruzcos. Febrero se despide veloz, sin haber deshecho la maleta y lo hace marceando, dejando caricias de aire tibio y nubarrones altos; mañanas frías y ese inconfundible olor que baja del campo cuando arranca –por fin– la hierba y el jaramago en la tierra calma, sedienta de esta lluvia demorada.

La luz nueva de Poniente delata lo que está por venir: «Por esta vira de oro de la tarde de marzo, viene Jesús Nazareno...». Lo escribió Joaquín Romero Murube, un sevillano fino que miraba la ciudad olvidada de sí misma como se contempla el agua vaciándose entre las manos.

Al autor de Los cielos que perdimos le chirriaría hoy toda la tramoya que enmascara la verdad de la Semana Santa que retrató otro paladar fuera de modas, Rafael Montesinos, en El rito y la regla: «Silencioso es el rito, no aprendido / sino heredado, yéndole en la sangre / pues los siglos se ven hasta en la forma / de sujetarse el antifaz al rostro».

Pasado mañana será primer viernes de marzo; es una de esas fechas –anudada en las manos de los cautivos– que no necesitan cartel, tertulia, exaltación ni pregonero pero pertenece a la intimidad y la verdad de una fiesta que necesita recuperar esa introversión, el diálogo interior.

Es así: las tardes de marzo nos conducirán a las plantas de Jesús Nazareno mientras la certeza de la Semana Santa se agranda. Y es que buscando el tacto de las imágenes escuchamos el bisbiseo de los labios que un día les rezaron.