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Vigencia de Herodes

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13 ago 2018 / 21:38 h - Actualizado: 13 ago 2018 / 21:39 h.

La leyenda del asesinato por Herodes de todos los niños de Judea en los días del nacimiento de Cristo formaba parte del imaginario colectivo de los de mi edad hasta el punto de que cualquiera que hiciera llorar a los pequeños recibía como calificativo el nombre de aquel rey de los judíos. Hoy Trump puede separar tranquilamente a miles de niños de sus madres, hacer como que da marcha atrás y decir un mes después que aun quedan desamparados unos 700, o Salviani, en Italia, continuar con su política de puertos cerrados incluso para los menores que viajan solos. Cala el miedo a una supuesta invasión aunque, de vez en cuando, conmueva durante unos minutos la imagen desgarradora de un niño muerto, sin que el comentario hable del autor del homicidio pero repetida una y otra vez hasta la saciedad por las cadenas televisivas, que para eso han pagado por ella un pastón.

Hoy todo se hace con educación y con argumentos sopesados que intentan justificar la no acogida de esos niños. El mejor, el del consejero de Políticas Sociales de La Rioja, Conrado Escobar, cuando dijo el otro día que no era razonable hablar de adjudicarlos proporcionalmente por comunidades autónomas (la suya únicamente ha acogido a uno) porque “no estamos repartiendo ganado”. Eso es lo peor, que no son ganado. Si lo fueran (la versión humana del ganado sería la esclavitud) seguro que más de uno estaría peleando por llevárselos Y, seguramente, también si los necesitaran como trabajadores con sueldos basura. Es lo que tendría que haber hecho Herodes, si hubiera sido listo.