Volver al centro

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30 abr 2018 / 17:06 h - Actualizado: 30 abr 2018 / 17:08 h.
"Laboratorio ciudadano"

Cuando la mayoría se queja del éxodo de los vecinos de toda la vida de los cascos históricos hacia las periferias urbanas empujados por la burbuja turística, algunos hacen el viaje a la inversa buscando sus raíces urbanitas. Volver al centro de Sevilla desde El Aljarafe, por ejemplo, permite comparar las ventajas e inconvenientes de uno y otro modo de vida.

El centro es una permanente tentación al consumo, a gastar, a salir, a mirar y a lamentarse por no ser rico, pero es al mismo tiempo la ocasión para el ocio cultural responsable, para gozar de la diversidad de ofertas y propuestas de todo tipo a tan solo unos minutos a pié.

Volver al cogollo de la ciudad permite constatar cómo China ha colonizado hasta el último rincón del casco antiguo y se ha cargado la diversidad comercial de antaño, pero también comprobar que no todos los emprendedores son innovadores y que algunos de los pequeños comercios que sobreviven a la marea de las compras por internet y los grandes centros comerciales tienen todavía que ponerse las pilas si quieren tener futuro.

La renuncia al reciclaje de la basura doméstica es uno de los inconvenientes que notan los que vienen de las urbanizaciones del área metropolitana a un centro al que todavía le falta mucho para ser inteligente, ecológico y sostenible como pretenden ahora muchos ayuntamientos.

La recogida a domicilio de los envases de vidrio que es ya posible para los bares del centro debería ensayarse para los particulares como un paso más hacia la Economía Circular con la que están comprometidos el Ayuntamiento, la Junta de Andalucía y el Gobierno Central. Con los datos de Lipasam en la mano, en 2017 los sevillanos separaron para reciclar 37,6 kilos de residuos, uno menos que en el resto de España. El dato no sorprende cuando se pone en relación con las limitaciones de la recogida selectiva en uno de los cascos históricos más extensos de Europa como es el de Sevilla.