Los medios y los días

VuÉLve

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10 mar 2019 / 10:26 h - Actualizado: 10 mar 2019 / 10:29 h.
"Los medios y los días"
  • VuÉLve

Pablo Iglesias es una creación mediática. Las tertulias de televisión hicieron por ÉL el trabajo de tener que ir subiendo poco a poco en un partido político, pongamos por caso desde una Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA), donde empiezan a curtirse algunos militantes de base, haciendo como que saben más que los propios profesionales de la enseñanza –que a veces es cierto- hasta una secretaría general, pasando por la conquista progresiva de adhesiones colocándose al lado de los que ya están arriba y con pocos escrúpulos hacia sus colegas.

Lo que ocurrió en este caso es que ÉL se defendía cual gato panza arriba sosteniendo una postura a favor de temas satánicos como Venezuela o Corea del Norte. Hablar a favor de esos anatemas y de otros en los que demostraba –con su facilidad argumental y sus conocimientos- las llamadas contradicciones del sistema, comenzó a atraer a una audiencia muy encabronada con la vida, en especial jóvenes a los que habían educado en la blandenguería doméstica, colegial y de enseñanzas medias –hasta de universidad- pero luego se topaban con un mundo que tenía poco que ver con esa educación permisiva y fantasiosa que les prolongaba la adolescencia casi indefinidamente.

Las cadenas de televisión se dieron cuenta de que el muchacho de la coleta tenía tirón de audiencia y empezaron a llamarlo de todas partes: La Sexta, Antena 3, Cuatro, Intereconomía... Así creció el mito, una persona inteligente que al final también se topó con la realidad pero que mientras tanto supo hacer lo que había que hacer con el 15 M: convertir el movimiento en partido. Cuando llegó el bombazo electoral de las europeas las mismas televisiones y sus dueños mercantiles dijeron qué hemos hecho y comenzaron los ataques. Al mismo tiempo, ÉL percibió que valía para captar votos y empezó a rebajar su entusiasmo de asaltar el cielo, ya con asaltar la copa de un naranjo se conformaba para terminar sembrando geranios en su chalé. Lo de siempre, uno quiere cambiar el mundo y resulta que al final el mundo lo cambia a uno, ÉL era ÉL y sus circunstancias pero tuvo que salvarlas a ellas para salvarse ÉL y seguir sumando votos. Al salvar sus circunstancias empezó a dejar de lado aquella esencia ilusionante porque es lo que ocurre siempre, es como la comida rápida, que sabe bien, es más barata y la compra mucha gente pero es más sana la que te haces en casa, lo que sucede es que lleva más tiempo porque las grandes obras y hazañas exigen mucha estrategia, método, tiempo y paciencia.

Sus circunstancias englobaban a los hombres y mujeres alfa de su formación y a esa sensación de rey del mambo que te da el empoderamiento originado por los sistemas asamblearios. Como decía Nietzsche del cristianismo, Podemos era y es el lugar donde cualquier débil de espíritu puede cobijarse e incluso prosperar. Sin embargo, Podemos es también la demostración palpable de cómo funciona por ahora la especie humana. Primero, los círculos y aquí todos somos iguales. Después, van brotando los ÉL y las ELLAS y lo van colocando todo en su sitio, cada cual se busca su tribu y las luchas entre los reyes de la manada y los que aspiran a serlo comienzan y siguen, como en el PSOE, como en el PP, como en Ciudadanos y como le ocurrirá a Vox con mayor intensidad cuando suba más en votos.

ÉL sigue siendo importante porque quienes mueven el mundo son los Él y las ELLAS. Pero este ÉL ha caído en su propia labia. A su partido le traicionó el subconsciente y el instinto animal. Volvía ÉL desde su retiro de héroe, volvía Zaratustra desde su montaña, a predicar. Pero se encontró con la realidad de lo que había sembrado: jefecillos, amazonas de salón, y la mediocridad e ignorancia que matan a los ÉL, sobre todo, y que ahora matará a las ELLAS aun reconociendo que se necesita gente así. Tires por donde tires encontrarás un problema: los públicos, la masa. Y el mérito de los ÉL y de las ELLAS, tanto en política como en las empresas mercantiles de todo tipo, es esa artimaña de autoconservación del ÉL y de la ELLA que se llama persuasión y manipulación a la que deberán recurrir si quieren seguir siendo lo que son. Lo siento mucho, la vida es así, no la he inventado yo, como cantaba Sandro Giacobbe en mis tiempos cuando entonaba su tema Jardín prohibido. ÉL entró en el Jardín Prohibido, tomó la manzana del conocimiento pero fue víctima de sus hechizos.