¿Y ahora qué, Mariano?

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10 sep 2017 / 21:48 h - Actualizado: 10 sep 2017 / 21:48 h.

Hoy se pregunta todo el mundo cómo hemos llegado hasta aquí, cómo es posible que España debata de manera real sobre su integridad territorial y sobre su entidad como nación de forma tan violenta con el asunto catalán. Muchas de estas claves hay que buscarlas en la irresponsable actitud de un PP, con Rajoy a la cabeza, que entiende el anticatalanismo como un enorme granero de votos primero frente a Zapatero y luego frente a los nuevos movimientos de izquierdas surgidos del 15M. La deriva anticatalanista que además desviaba la atención de recortes, de rescates de bancos o de casos de corrupción del PP, dio alas a la acorralada derecha corrupta catalana para sacudirse las pulgas de su corrupción y su degradación social en Cataluña e iniciar un camino frenético hacia la secesión. El anticatalanismo en España, alentado por la brunete mediática de la derecha española, crecía directamente proporcional al antiespañolismo en Cataluña con la mediocridad de dos gobiernos corruptos que nada han hecho para evitar el choque.

Lógicamente los recursos judiciales en un proceso secesionista son brindis al sol que no serán atendidos por el independentismo y no serán la solución a la integridad de España. Llevar a cabo un referéndum sin garantías democráticas, en el que muy probablemente una parte mayoritaria del pueblo catalán no participe, tampoco podrá ser el motivo para la ruptura de España y Cataluña, aunque esta será la hoja de ruta para el independentismo el 2 de octubre. No sé, pero tanta corrupción en el PP y en CiU creo que algo tiene que ver en este difícil asunto.