Les ha costado a los hermanos de la Resurrección dar este paso. Los temores a perder la condición de penitencial después de lo que les había costado conseguirla impedían dejar hueco a la lógica. La noche del Sábado Santo estaba vetada por varios frentes, pero la mañana de la Resurrección, su día natural, se muestra idónea para sumarse precisamente a lo que conmemora con la alegría que este cortejo precisa, sin dejar de vivir el acompañamiento como una penitencia que lleva hasta la Resurrección y, bien calculado, llegando a la Catedral en el momento que se celebra la Pascua.
El hermano mayor de la cofradía de Santa Marina, Miguel Ángel Pérez, recién reelegido en el cargo, ha trabajado con su junta de gobierno para tener el terreno abonado en este sentido. Y así, según publicó ayer Pepe Gómez Palas en estas páginas, las nuevas Reglas, aprobadas en 2014, ya fijan la salida anual en la «mañana de la Resurrección», sin detallar horario, de manera que dejaba la puerta abierta a un retraso en la salida que resulta estratégico para la pervivencia de la propia corporación, cada vez más mermada de nazarenos y sin refresco de hermanos que engrosen la nómina pese a mantener los vínculos con el vecino colegio de La Salle.
Pero, además, estas Reglas establecen que es el cabildo de oficiales, y no el general de hermanos, el que cada año aprueba el horario y el itinerario de la cofradía, de cuyos detalles se «informará» al cabildo general, lo que deja las manos libres a la junta para establecer una salida más tardía, más próxima a la mañana y no a la inhóspita madrugada del Domingo de Resurrección. Si optan por las 8.30 horas como horario de salida, según barajan, el cortejo y sus titulares se verán mucho más arropados por los sevillanos desde los primeros tramos y no como ahora, que deben esperar al recorrido de vuelta para notar el calor del público. La entrada, ya multitudinaria, será más inaccesible porque no habrá hueco para disfrutar del regreso de la última cofradía de la Semana Santa y de la última interpretación de Amarguras tras un palio, aunque sea para una Virgen que no llora, pero que anuncia la mejor Aurora.
De momento, la corporación de Santa Marina se plantea probar el nuevo horario, no imponerlo como algo definitivo, y ver si recogen los frutos esperados. ¿Será ya para la próxima Semana Santa? A ver si toman nota otras jornadas y buscan las soluciones con tiempo. Quizás con el relevo en el Consejo vengan nuevos aires que hagan a todos trabajar con solidaridad.