Ya no quiero ser un machichulo

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Pepa Violeta Pepavioleta
18 nov 2018 / 11:38 h - Actualizado: 18 nov 2018 / 12:14 h.

La semana pasada, en un taller que impartía sobre nuevos modelos de mujer en el cine y la televisión en Jaén, se me acercó un chico joven para preguntarme sobre el lenguaje inclusivo, y como un flash de esos que te sacan del espacio físico por unos segundos, me pregunte ¿este chico que ha asistido a mi taller concretamente, fuera de su horario lectivo y reflexiona conmigo sobre los usos del lenguaje sexista, es uno de ellos? ¿es uno de estos nuevos hombres que queremos construir desde el feminismo, que ponen en tela de juicio sus privilegios y ya no se identifican con el modelo tradicional de hombre que nos ha vendido el discurso patriarcal? Por un momento quise pensar que desde el feminismo no lo estamos haciendo tan mal, y chicos como éste, con el que tuve la oportunidad de conversar, dejarán de ser la excepción. En gran parte, gracias a muchos hombres y asociaciones que trabajan en nuestro país por construir nuevas masculinidades, que permiten hacer de los hombres seres más libres. Consolidar un nuevo modelo de masculinidad que entienda las relaciones como igualitarias y respetuosas, nos permitiría a las mujeres, salir a correr sin miedo a que se nos haga de noche por el camino, no tener que agudizar la vista para detectar a posibles agresores en el parking, en un portal o a la salida de un bar, no pararnos a pensar si vamos con la ropa adecuada, si hoy toca ser acosada por piropos callejeros, o simplemente entrar en un gimnasio con la tranquilidad de saber, que si te vuelves de espalda no vas a encontrarte a ningún machichulo (machista + chulo) escaneándote el culo.

Hablar de nuevas masculinidades y no hacer referencia a Juan Ignacio Paz, Luis Bonino, AHIGE y las muchas asociaciones que trabajan estas cuestiones, sería un autentico sacrilegio. Luis Bonino, psicoterapeuta y director del Centro de Estudios de la Condición Masculina, estudia la condición masculina y el machismo, sus diferentes expresiones, sus problemáticas y efectos sobre el estilo y la calidad de vida de las persona. Las relaciones entre mujeres y hombres, sus encuentros y desencuentros. Y a través de sus talleres y formaciones, nos enseña que es posible construir la masculinidad desde unos valores y principios diferentes a los socialmente aceptados hasta el momento. Porque los propuestos por el patriarcado, han mutilado entre otras cosas, la posibilidad de que los hombres se muestren sensibles o vulnerables, los han castrado como padres, los han alejado de la tarea de los cuidados y han creado un modelo que sólo funciona desde su estatus de privilegio contra la mujer, a la que instrumentalizan y cosifican. Los viejos patrones que han modelado a estos machichulo que todavía quedan esparcidos por nuestro entorno, han propiciado que estos hombres campen a sus anchas, con total impunidad. Pero desde el feminismo, hemos dicho hasta aquí y junto con esos nuevos hombres aliados que se unen a nuestra lucha, vamos a construir una sociedad nueva. Libre, justa respetuosa y tolerante con la diversidad, donde hombres y mujeres nos relacionemos desde un plano de igualdad. Estos nuevos modelos de hombres se enraízan y entienden la defensa de nuestras libertades como parte de las suyas.

Romper con estas estructuras de poder simbólicas, no es tarea fácil, ni grata. La resistencia está ahí fuera, haciendo campaña y poniendo en tela de juicio este tipo de organizaciones y hombres que luchan contra lo establecido. Porque cuando lo normativo, hace daño y crea situaciones discriminatorias, sólo por el privilegio de diferenciarnos de un chimpancé, no nos queda otra que pararnos a reflexionar y determinar qué cambios acometer. La violencia contra las mujeres, independientemente del país donde nos encontremos, es parte del día a día. Sino se trabaja en la construcción de nuevos modelos de masculinidad desde una perspectiva de género y con verdadero compromiso, no vamos a conseguir cambiar el rumbo de nuestra sociedad. No queremos pecar de ingenuidad y somos conscientes de que queda muchos por hacer con respecto a la deconstrucción del modelo hegemónico de masculinidad, pero es importante ir dando ya los primero pasos.

Juan Ignacio Paz, asesor técnico del Gabinete de Estudios y Programas del Instituto Andaluz de la Mujer, habla de la importancia de la educación desde las escuelas para que las mujeres y los hombres adoptemos roles o modelos a desarrollar en la etapa adulta que no provoquen situaciones discriminatorias. Como él comenta, desde la educación no se está abordando lo afectivo, las relaciones. La educación para la igualdad se ha centrado en lo público, pero no suele abordar lo íntimo, los afectos, las relaciones. Reitera que la educación sexual se queda en lo anatómico, pero no aborda lo afectivo-emocional. Y no estamos educando en modelos de masculinidad igualitarios a los chicos. En este momento histórico para el feminismo, necesitamos a los hombres a nuestro lado, apoyando nuestra lucha. Pero sobre todo necesitamos hombres generosos que sepan detectar la injusticia social y entiendan que ser hombre no se nace, se aprende.